Ricardo Alonso |
El río Bermejo es el gran colector de
una de las cuencas fluviales más importantes de Argentina.
Este río une Bolivia y Argentina con
Paraguay y es el resultado de una larga evolución geológica que se inicia hace
muchos millones de años.
Antes de elevarse la Puna existían
viejos ríos, de ribera estable y boscosa, que drenaban hacia el Atlántico y
nacían en territorio chileno.
Todo lo que hoy es el borde oriental
de la Puna y que se encuentra a casi 4000 m de altura sobre el nivel del mar, estaba
cubierto, 40 millones de años atrás, por selvas cálidas y húmedas, tropicales a
subtropicales. Suelos rojos, como los que hoy se encuentran en Misiones,
estaban allí presentes y en las arenas de los ríos quedaban los restos de
mamíferos y reptiles de la época.
En los alrededores de Antofagasta de
la Sierra, en las rocas rojas del oeste del salar de Pastos Grandes y en la
zona de Casa Grande en la Puna jujeña se han encontrado restos de cocodrilos,
tortugas, boas, marsupiales y otros mamíferos diversos que hablan de un
ambiente completamente distinto al actual.
La historia cambiaría drásticamente
cuando el arco volcánico comenzó a funcionar, a calentar la corteza, a producir
acortamientos corticales y a levantar el borde oriental de la Puna que llevó a
una aridización progresiva. Las fajas húmedas empezaron a moverse hacia oriente
y los nuevos cordones montañosos a frenar los vientos húmedos provenientes del
Atlántico y de la gran cuenca amazónica.
La tectónica andina fue empujando los
ríos hacia oriente y estos buscaron excavar hacia atrás, por erosión
retrocedente, cortando las sierras como un tajo.
Es interesante ver cómo dos de los
colectores mayores de la cuenca del Plata y provenientes de Salta como son el
Bermejo y el Juramento tratan de alcanzar la Puna y capturar sus aguas. El
Bermejo no lo logra porque la Puna septentrional se sigue levantando y su pared
oriental actúa de freno.
El Juramento tampoco lo logra porque
encuentra una muralla de rocas graníticas y metamórficas duras, la cordillera
de Acay, Palermo y Cachi, que no lo deja avanzar.
La selva en la Puna
Si se toma en cuenta la actual
Quebrada de Humahuaca, a lo largo de la cual corre el río Grande de Jujuy,
afluente del Bermejo a través del río San Francisco, encontramos otra historia
interesante.
Originalmente, ese río fluía hacia el
este desde el borde de la Puna y no tenía obstáculos que lo frenaran. Era un
río transversal al eje andino, con drenaje axial. Los sedimentos que se
conservan en Uquía, a orillas de la ruta, contienen fósiles de unos 2 a 3
millones de años entre los que se encuentran restos de cocodrilos y de
capibaras, o sea los carpinchos actuales. Ello prueba que el clima del lugar y
el ambiente, con importantes cuerpos de agua y vegetación, nada tiene que ver
con lo que se observa actualmente.
Al levantarse las sierras al este de
Humahuaca produjeron el cambio de rumbo del río que ahora se dirige hacia el
sur antes de torcer al este luego de pasar la ciudad de San Salvador de Jujuy.
O sea que a lo largo de la historia geológica andina, con la elevación de la
Puna y las fajas plegadas de la Cordillera Oriental y las Sierras Subandinas,
hubo una sucesión de "proto-Bermejos" que ocuparon distintos espacios
geográficos.
Las capturas de ríos por erosión
retrocedente fue también una constante en el tiempo. Con cada captura cambiaba
el nivel de base regional y eso generaba más erosión de las cabeceras hasta que
la madurez del relieve lograba una mínima estabilización.
Muchas de estas capturas fueron
naturales y ocurrieron en tiempos geológicos. Otras fueron producto de la
intervención humana. Es importante destacar que el actual Bermejo, con sus
cuencas alta, media y baja, atraviesa tres provincias geológicas; desde el
borde de la Puna, cruzando la Cordillera Oriental, las Sierras Subandinas y
luego se interna en la llanura chaqueña, donde divaga en un amplio interfluvio
hasta finalmente confluir en un solo brazo y desembocar en el río Paraguay,
afluente del Paraná.
La exposición de rocas jóvenes y
blandas, de colores castaños y rojizos en su alta cuenca, hace que el río se
nutra de gran cantidad de sedimentos que son arrastrados con destino final
hacia el Paraná y finalmente hacia el delta del Río de la Plata.
El color rojo de los sedimentos que
atraviesa es lo que da el nombre de Bermejo, palabra que derivaría de verme en
el sentido del "gusanillo" que da el color grana.
LA HISTORIA DE LA TIERRA
El Bermejo es uno de los ríos que
forman parte de la "lucha" entre los agentes endógenos que construyen
el relieve y los agentes exógenos que buscan destruirlo. Así, mientras los
Andes se levantan y construyen por las fuerzas dinámicas endógenas o internas
de la tectónica, por otro lado el clima y los agentes meteóricos se encargan de
meteorizar, erosionar y finalmente transportar los residuos hacia la gran
llanura del Chaco. Es así uno de los compensadores isostáticos entre los Andes
que se elevan al oeste y la llanura que se hunde hacia el este. Los tres
grandes colectores, Pilcomayo, Bermejo y Juramento, forman parte de esa
transferencia de masa y construyen cada uno por su cuenta mega-abanicos
fluviales de cientos de kilómetros de extensión. El mega-abanico del Bermejo
cubre una superficie de unos 100 mil kilómetros cuadrados. El Bermejo, que
tiene una longitud aproximada de 1.500 km, tiene en sus cabeceras montañas que
se elevan por encima de los 5000 m y en su desembocadura, en el río Paraguay,
es de sólo 60 m sobre el nivel del mar. En este recorrido corta la carne viva
de algunas serranías, dejando expuestos grandes espesores de rocas, pliegues,
fallas, manantiales naturales de hidrocarburos y filones minerales.
Lo más destacable es que el Bermejo
corta la secuencia geológica más completa de América del Sur, que abarca desde
el Precámbrico hasta el Antropoceno, y donde están representados perfiles
completos de rocas paleozoicas, mesozoicas y cenozoicas. Ello constituye una
singularidad de esta vía fluvial.
LOS NAVEGANTES
Otro punto de interés es que hasta
mediados del siglo XIX el Río Bermejo era perfectamente navegable. Los
grandes pioneros fueron el fraile franciscano Francisco Morillo en 1781 y
Adrián F. Cornejo en 1790.
Otro gran navegante fue el geólogo
francés Pablo Soria, junto al piloto italiano Nicolás Descalzi. Soria fue el
primer descubridor de petróleo salteño en 1826 y además publicó un importante
estudio sobre la geología del Bermejo en el Boletín Geológico de Francia. El
genovés Giuseppe Lavarello navegó el Bermejo en 1854 y su idea era transportar
hacia Buenos Aires los ricos minerales de plomo y plata que explotaba en los
cerros de La Caldera (Salta) y en Iruya. Francisco Tobar, el padre del petróleo
salteño, también intentó usar la navegabilidad del Bermejo hacia 1910, para
transportar a Buenos Aires los primeros barriles de petróleo que se produjeron
en la mina República Argentina, en la quebrada de Galarza. El transporte de mercaderías
desde el norte argentino a través de una vía fluvial sigue siendo una gran
asignatura pendiente. El abordaje de la problemática del Bermejo debe hacerse
desde un enfoque multidisciplinario y no puede desconocerse la historia
geológica de la cuenca donde el Bermejo que hoy vemos es el resultado de otros
múltiples bermejos anteriores y de los múltiples bermejos que vendrán en
tiempos futuros: humanos y geológicos.
Pido disculpas a Ricardo por meterme en esta sección que es propia del artículo, pero por estas razones de la informática, esta plantilla no me permite a mi, administrador, meter un comentario, por lo tanto lo hago en esta sección. (en pequeñas):
Uno de los párrafos que a mi me parece muy interesante es el que aclara que el Bermejo era perfectamente navegable hasta mediados del S. XIX.
En esos años se realizó la obra de vinculación entre los Ríos Iruya y Pescado, cambiando la "vida" hidrológica de la sub cuenca. No me queda claro del artículo si esta acción humana es la que finalmente redujo la capacidad de navegación del Bermejo, al cambiar su sedimentación. Si así fuera, ¿podemos anticipar la dinámica del Bermejo, en todas sus cuencas, en el caso de incorporar una serie de represas como las proyectadas? ¿Esto, por supuesto, con el objetivo de prevenir resultados indeseados?
En Zanja del Tigre la COREBE informa que se han medido 70.000.000 de toneladas de caudal sólido transportados por el río Bermejo al año. Unos 3,5 millones de camiones de 20 T, que equivalen a una hilera de camiones de 52.000 km, es decir una fila de camiones dando la vuelta a la tierra y un poco más ¡que serían frenados y descargados allí! Supongo que estas preguntas están respondidas por los ingenieros. Tal vez sea eso lo que me da más miedo. Un fuerte abrazo y disculpame por las preguntas que están algo fuera del artículo.
Pido disculpas a Ricardo por meterme en esta sección que es propia del artículo, pero por estas razones de la informática, esta plantilla no me permite a mi, administrador, meter un comentario, por lo tanto lo hago en esta sección. (en pequeñas):
Uno de los párrafos que a mi me parece muy interesante es el que aclara que el Bermejo era perfectamente navegable hasta mediados del S. XIX.
En esos años se realizó la obra de vinculación entre los Ríos Iruya y Pescado, cambiando la "vida" hidrológica de la sub cuenca. No me queda claro del artículo si esta acción humana es la que finalmente redujo la capacidad de navegación del Bermejo, al cambiar su sedimentación. Si así fuera, ¿podemos anticipar la dinámica del Bermejo, en todas sus cuencas, en el caso de incorporar una serie de represas como las proyectadas? ¿Esto, por supuesto, con el objetivo de prevenir resultados indeseados?
En Zanja del Tigre la COREBE informa que se han medido 70.000.000 de toneladas de caudal sólido transportados por el río Bermejo al año. Unos 3,5 millones de camiones de 20 T, que equivalen a una hilera de camiones de 52.000 km, es decir una fila de camiones dando la vuelta a la tierra y un poco más ¡que serían frenados y descargados allí! Supongo que estas preguntas están respondidas por los ingenieros. Tal vez sea eso lo que me da más miedo. Un fuerte abrazo y disculpame por las preguntas que están algo fuera del artículo.
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