martes, 24 de abril de 2018

Una Ingeniería para transformar un Ingenio






Félix González Bonorino









En la década de los 80 irrumpe en Francia un personaje de lo más curioso y controversial. Empresario joven, actor, cantante, se hace famoso reestructurando empresas, la más famosa de ellas, al menos por estas costas fue la alemana Adidas. Se reunía con los propietarios o accionistas, generalmente empresas familiares, y les ofrecía conservar su nombre, su estilo, su creación. En realidad compraba una marca, aunque estuviera a punto de cerrar.
Cualquier empresa que se desarrolló en años de petrodólares y otras inestabilidades corría el riesgo de tener fuertes problemas financieros y él los resolvía. Los ’70 habían sido un vendaval para las economías europeas. La Guerra Fría, que obligaba a mantener un nivel de inversión en Defensa muy alto, la OPEP que surge como un actor nuevo que vino a desestabilizar el modelo de expoliación petrolífera que Occidente tenía sobre los países árabes, la competencia de empresas europeas entre sí junto a la aparición en el horizonte de Japón con su Kaizen, sus robots y otras novedades que produjeron, entre todos una crisis económica tremenda. Hacia fines de los ’70 y principios de los ’80 muchas empresas habían quedado tecleando y Bernard Tapie se lanza a la adquisición de las mismas.
Tapie era un pícaro de aquellos, mejor dicho un estafador. Al dictador de la República Centroafricana, Bokassa, lo estafa comprándole un castillo muy barato, filtrándole la información mentirosa de que el Estado Francés se lo iba a confiscar. Tuvo que devolverlo junto con el dinero y costas.
Tuvo su programa de televisión “AMBICIÓN” por breve tiempo al estilo de Donal Trump, empujando a los jóvenes a transformarse en empresarios, en una parodia de negociaciones cruzadas que eliminaba concursantes. Una especie de reality antes de los realities. Luego fue gerente del Club de Fútbol Olimpique Marseille, Legislador Nacional, Europeo y finalmente lo metieron preso.


En los ’80 lo que resultaba asombroso para los legos era el modelo de negocios que Tapie instrumentaba. Buscaba empresas en quiebra, ya lo dije y las compraba por 1 (un) Franco Francés, las reformaba y las vendía por millones. Recuerdo: Look otra empresa deportiva que revende a 125 millones de francos. Era todo así. Tuvo que ver con la creación del Club Med, empresas de construcción, de cosmético, etc. Yo vi como al lado de mi casa, una de sus empresas remodelaba un colegio completamente, conservando solo las paredes exteriores y los pisos, ¡en tres meses de verano! El primer día de clases por la puerta principal entraban los alumnos y por el fondo pintaban la reja.


Todo un personaje que avanzó a fuerza de imagen, hiperactividad y corrupción que lo terminó metiendo en la cárcel.

Wall Street se proyectó en 1987. Michael Douglas interpreta a Gordon Gekko, uninescrupuloso empresario americano que desarrollaba con éxito, las tácticas de Bernard Tapie. Las mismas que Tapie seguramente copiaba de otros tiburones globales. Si no vio esta película se la recomiendo, duele el estómago, pero es instructiva. No le cuento el final de la peli, vale la pena. (Hay secuela)
La base de este tipo de operaciones se encuentra en información clasificada que es utilizada ilegalmente por los operadores económicos. Conocer cuál es la verdadera situación económica por la que está pasando una familia o sociedad propietaria permite ser más o menos agresivos en la compra. No tenemos que ir a las grandes empresas, esto se da a todo nivel. Pero el tráfico de información privada, puede, en algunas sociedades más organizadas, constituir un delito.
Este recuerdo vino a mi mente cuando leí tristemente que el Grupo Gloria, propietarios peruanos del Ingenio San Isidro de Campo Santo decidió cerrar la empresa. Lo hizo con un “banner” en la puerta el 19 de enero de 2018 y lo ratificó ante el Ministerio de Trabajo el 1 de febrero. Los 730 empleados directos y los 1900 indirectos, junto a productores pequeños del Departamento Güemes quedan “en la lona”, devastados.
El Ingenio San Isidro es la industria más antigua del país. Allá por 1760 un Cornejo plantó las primeras cañas traídas de Perú. Así, se cierra el círculo. Aquellos que nos dieron las primeras cañas cierran el trapiche.
El Grupo Gloria sostiene que hace 4 años que tienen pérdidas en esta unidad productiva. Una de las razones esgrimidas es que los salarios de los trabajadores son demasiado altos. Se escucha como los medios locales de Salta, comparan los valores con Tabacal, que está despidiendo a 181 trabajadores y se habla de sueldos menores en Tucumán. Supongo que hay varias razones confluyentes. Sería muy interesante estudiar qué pasó realmente para tratar de evitar el colapso generalizado. Sería muy interesante saber si los costos financieros, que son parecidos desde hace 4 años, justamente, tienen algo que ver. Sería interesante conocer cómo hacemos para tener la mejor industria azucarera del país, aquella que brinda ganancias suficientes a los propietarios y salarios dignos y justos a los trabajadores.

Bernard Tapie compraba una empresa quebrada por 1 Franco Francés y, en el marco de una reestructuración,  proponía la reducción de todos los beneficios alcanzados por los trabajadores durante los años de post guerra. Antigüedad, calificación laboral, presentismo y otras conquistas eran reestructuradas de manera de brindarle a la empresa una reducción de “costos operativos” y por ende un valor de mercado apetecible, para después entregarla a sus verdaderos dueños.
Los trabajadores, a fin de conservar los empleos en una sociedad con crecimiento estancado, caída del saldo exportable, endeudamiento creciente y desempleo también creciente (¿les suena?), aceptaban un trabajo, cualquiera, al desempleo. ¿Y quién no?
Ya lo dijo Prat Gay en su momento, “arriesgar salarios a cambio de empleos”. ¡Han sido tan explícitos!
¿Quién o quiénes serán los Bernard Tapie o los Gordon Gekko salteños, argentinos o de otro lado que harán el trabajo sucio de limitar las ganancias del obrero para maximizar las de los CEO’s?
¿Quién comprará el Ingenio San Isidro?

El nuevo rostro de la revolución


Felipe Hipólito Medina


Cuando analizamos los cambios de valores en la sociedad, uno puede estrellarse en la letra de Cambalache compuesto por Enrique Santos Discépolo en el año 1934, "hoy resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso, estafador...Todo es igual!, ­Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor"
La sombra de Gramsci
 Sucede que existe en la cultura actual una fuerte influencia del pensamiento gramsciano. Pensamiento que tiene su origen con el teórico comunista italiano Antonio Gramsci (1891-
1937), quien trazó líneas para el necesario aggiornamento del comunismo. Desarrolló el concepto de que la toma del poder debe ser precedida por un cambio de la mentalidad de las personas. Con esta nueva visión, los intelectuales se convirtieron en combatientes; la enseñanza se convirtió en el arma más importante, y la escuela en el campo de batalla.

Para Gramsci, las masas deben deshacerse de los "prejuicios y tabúes", que son parte de la visión del mundo de la clase dominante. Así, nos damos cuenta de que la educación se va tornando cada vez más gramsciana. Es el nuevo rostro de la revolución, donde los militantes no deben pensar, solo sentir y ejecutar. Se trabajan las problemáticas sociales desde el nivel puramente emocional, de tal modo que las víctimas aparecen como victimarias y, a la inversa, los transgresores de la ley son sólo víctimas del sistema.
En este cuadro dantesco de la subversión de los valores donde la ley es una entelequia y sólo está pintada impera el consumismo absoluto que incluye también a las personas no solo como sujeto de consumo, sino también como un mero objeto.
Otras perspectivas
Podemos contemplar al mundo como un planeta errante. Pero no debemos resignarnos a una visión negativa, a un sentido trágico de la vida y del momento histórico. Es un momento desafiante para quienes pretendemos construir y escribir una nueva historia. Es un tiempo de esperanza.
Hay indicadores de que algo está cambiando y ello nunca justificará una contrarrevolución, mucho menos en el sentido de estigmatizar todos los cambios sociales y culturales. Es necesario discernir, aprender a escuchar, a observar, a contemplar.

En el cambio del siglo XIX al XX, las instituciones escolares, sociales, religiosas y deportivas acompañaron el paso de un siglo al otro y los procesos revolucionarios de ese tiempo. Surgieron sociedades de fomento, escuelas públicas y privadas, congregaciones educacionistas en la iglesia católica y en otras confesiones. Todo el mundo miraba al progreso con esperanza.

En cambio, en este paso al siglo XXI, estuvo y está signado por la revolución comunicacional que con las nuevas tecnologías alcanzó niveles impensados. Con ello, la globalización borró fronteras y jurisdicciones territoriales a no pocas instituciones, que veían desvanecer su poder de control sobre la formación de las conciencias.


Paradojas del siglo XXI
Un planeta errante lleno de paradojas, por un lado rico en nuevas tecnologías y potencialidades, pero al mismo tiempo en él, mueren antes de cumplir los 5 años más de 8 millones de niños por año, uno cada 3 segundos simplemente por ser pobres, según afirma un informe de la ONU. Donde, a pesar de los avances médicos que permiten una maternidad segura perecen por año 350 mil madres, el 99% en países en desarrollo, 1400 millones de personas no tienen electricidad y 2400 millones no tienen instalaciones sanitarias, 1000 millones padecen hambre.
A pesar de alta escolaridad en la Unión Europea el 22% de los jóvenes no tienen trabajo y el 50 % no termina el secundario y la mayoría de los jóvenes trabajan precariamente con sueldos pobres. Una nueva generación NI-NI, o mejor dicho NO-NO. A este fenómeno podemos sumarle el agravante avance de la droga - dependencia y el imperio del narcotráfico.
Nuestro continente sudamericano alcanza cifras alarmantes. Para los gramscianos esta situación es un sabroso caldo de cultivo de la revolución contra los valores de la sociedad occidental. No se acaba el tiempo ni el mundo tampoco. Pero hay un movimiento de cambio cuestionante.
Podríamos seguir dando indicadores de la crudísima realidad. Estamos en una bisagra de la historia, donde nuestra generación, la de los libros impresos, la Generación Gutenberg, debemos entregar la posta a la nueva Generación Net o Ciber.
A las puertas del futuro
Las instituciones, iglesias, escuela o clubes, las entidades intermedias, se encuentran incapacitadas para acompañar el cambio, muchas de ellas en profundas crisis de identidad o pérdida de autoridad. Muchas fueron heridas, y si quieren acompañar este proceso deberán hacer primero someterse a la autocrítica, a un reciclado a fondo, e intentar volver a sus propias fuentes para encontrar los objetivos perdidos. Los intelectuales, los que gobiernan, los que administran justicia, los que construyen las leyes, los que educan, deben pensar nuevos métodos de abordajes a las graves problemáticas sociales que plantean jóvenes desafiantes sedientos de la verdad y el bien. Jóvenes que pertenecen a una nueva generación que razona con una lógica no deductiva, con un pensamiento más práctico, con metas inmediatas. No están perdidos, es un mundo nuevo.
Algunos un poco trasnochados piensan que todo tiempo pasado fue mejor, y pretenden el retorno a la educación prusiana, al puntero y la obligatoriedad de la lectura, y a decir verdad, el tiempo pasado fue sólo un tiempo que no tiene retorno.
Ante el fracaso de las ideologías imperantes en el siglo pasado y su intento de reciclado, no pocos piensan en dar batalla con una contrarrevolución. No es necesaria, sólo se trata de acompañar este proceso de cambio con valores humanos, con sentido de trascendencia comprometida, pensando siempre que lo más importante es la gente, la persona humana y su dignidad.

lunes, 23 de abril de 2018

Lola Mora y su filosofía del esquisto





El martes 10 de abril de 2018, en la Fundación Salta, se llevó a cabo una jornada sobre "La mujer en las ciencias", para conmemorar el Día del Investigador Científico y en adhesión a la celebración de los 55 años de la Universidad Católica de Salta (Ucasal).
El núcleo de dicha jornada fue un homenaje a la memoria de la Dra. Marta de la Cuesta. La organización del evento estuvo a cargo de la Dra. Constanza Ceruti, del Instituto de Investigaciones de Alta Montaña, y de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Ucasal. Sobre distintos tópicos académicos disertaron Cristina Bianchetti, Susana Caro, Irene Romero, Josefina González Diez, Gloria Lisé, María del Valle Correa, Constanza Ceruti y el suscripto. En mi caso propuse abordar la vida de Lola Mora, no ya en la faceta de artista universal en la que todos la conocemos, sino en un aspecto menos conocido que fue su rol de investigadora científica en los ámbitos de la minería y del petróleo.
Lola Mora
 Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández (1866-1936), más conocida como Lola Mora, brilló en la plástica universal al convertir rudos bloques de mármol en bellísimas estatuas. La "Fuente de las Nereidas", en Buenos Aires, es una muestra sublime de su arte imperecedero. Al igual que una decena de alegorías que se distribuyen en algunas ciudades argentinas, especialmente en Rosario, Tucumán y Jujuy. Salta, la tierra que la vio nacer en la finca El Dátil, en el sureño departamento La Candelaria, conserva una hermosa estatua en homenaje a Facundo de Zuviría.

Del arte al yacimiento
Su vida tuvo un quiebre paradigmático que la llevó a cambiar radicalmente su exitosa carrera para dedicarse a un asunto completamente distinto y ajeno a su formación profesional. Dejó el arte y se dedicó a la minería y al petróleo. Intentó todas las etapas de la actividad minera desde la prospección, exploración y explotación, hasta el beneficio de las sustancias minerales. Se internó en las montañas de la Puna en busca de oro, plata, cobre y azufre. Lola exploró yacimientos que antes habían trabajado los indígenas, más tarde los incas y los conquistadores españoles, los hombres de la colonia, y así sucesivamente por distintos mineros durante siglos. Desafió los cánones de la época ya que para entonces la minería era cosa de hombres. Escribía y hacía ella de puño y letra los pedidos de cateo, dibujaba los croquis, pagaba los sellados de ley, sacaba las muestras legales, realizaba los denuncios en la vieja dirección de minas, se avenía al régimen minero de ubicar las minas en el terreno, mensurarlas, amojonarlas, establecer la labor legal en los criaderos descubiertos, entre otras faenas del arte minero. Ella, junto a unos pocos ayudantes y a su fiel perro ovejero Bimbo, llegaba hasta donde alcanzaba la punta de riel del C-14 y luego se adentraba a los cerros en busca de los minerales deseados. Pero no solamente estaba interesada en los metales preciosos, sino también en el petróleo, gas y todos sus deriva dos.
La piedra filosofal
Esquisto bituminoso en su estado lodoso
Tampoco quería competir contra las grandes petroleras nacionales y extranjeras, que ya estaban actuando en nuestro país, y para lo cual no le alcanzaban sus exiguos capitales. A ella no le interesaba el petróleo de pozo, o sea el llamado convencional, sino los que hoy en día se llaman precisamente "hidrocarburos no convencionales". Como bien decimos, se les llama hoy en día, pero ella planteó esta cuestión en la década de 1920 y se convirtió en una auténtica pionera nacional en el tema. Lola estaba convencida de que esas rocas negras que había visto en su niñez aflorar en los cerros del sur provincial y que alguien posiblemente la sorprendió mostrándole cómo ardían al acercárseles una llama o fuente de calor, podrían llegar a ser la piedra filosofal para el aprovisionamiento de energía que iba creciendo geométricamente en la primera mitad del siglo XX.
Lola era una mujer brillante, genial; fuera y más allá de su tiempo. Se puso a trabajar con ahínco en el estudio de los esquistos bituminosos, especialmente los que afloran en el arroyo Los Negros, en la Sierra de la Candelaria (Rosario de la Frontera, Salta). Todavía quedan allí cubiertos por el monte tupido las ruinas de la casa que habitó Lola Mora, los restos de los tanques galvanizados y los hornos a leña donde destiló los hidrocarburos. También un socavón llamado Cueva del Negro, de donde extrajo originalmente los esquistos para las pruebas. Gran parte de esto lo sabemos por dos vías.
Poeta Rafael Alberto Arrieta
Una de ellas es el feliz, circunstancial y casual encuentro que tuvo Lola Mora en Salta con el poeta Rafael Alberto Arrieta (1889-1968) en el viejo Gran Hotel u Hotel Plaza, en frente de la plaza 9 de Julio, en las esquinas de España y Zuviría. Allí una placa de mármol, en la ochava de la pared, recuerda hoy algunos de los grandes hitos en la vida de Lola Mora. Lola le expuso a Arrieta sus ideas sobre el gas y petróleo de esquisto y las tareas de investigación química y geológica que estaba llevando a cabo ­a pesar de la indiferencia criminal de nuestros gobiernos!, le dice. Lola Mora mantuvo luego correspondencia epistolar sobre el asunto que, por fortuna, Arrieta volcó en su libro "Lejano ayer".
"Problemas resueltos"
La otra fuente documental es un folleto rústico, de 52 páginas, que publicó en Salta en 1926, bajo el título "Combustibles (Problemas resueltos)" y que está firmado como L. M. H. (Lola Mora Hernández). Téngase presente que a pesar de haberse divorciado de su marido por una infidelidad de aquel, seguía utilizando su apellido de casada tanto en este caso como en numerosos expedientes mineros.
En dicho folleto comienza hablando de política energética nacional y la apatía del gobierno y graba a fuego una frase profética: "Hasta el último escolar sabe que nuestras montañas están repletas de minerales, que en el subsuelo de la república toda entera, se hayan entrelazados los yacimientos de combustibles y que con estas riquezas, no sólo podemos cubrir nuestras necesidades, sino alimentar…las industrias del orbe". Luego plantea la necesidad de no trabajar en bruto el esquisto, sino de darle valor agregado. 
Discute las ventajas del esquisto sobre el petróleo de pozo y hace un estudio global sobre los esquistos bituminosos en general, especialmente su distribución en las montañas de Argentina. Finalmente expone sus ideas y explica los métodos que desarrolló para destilar los esquistos y obtener decenas de productos comerciales (gas-oíl, nafta, gas, aceites livianos y pesados, grasas lubrificantes, kerosene, sulfato de amoníaco, coque, vidrio negro, azabache,parafina sólida, fenol, alquitranes y benzol). 

El hombre y la naturaleza

La filosofía de Lola Mora queda reflejada en un aparte titulado "Reflexiones" donde señala: "Como la naturaleza está compuesta de cuanto encierra la creación con todos los elementos para recrear y desarrollar la inteligencia del hombre dando a cada uno de ellos su utilidad y provecho para el bien de la humanidad, estamos obligados a estudiar hasta encontrar su aplicación, en la forma sencilla y múltiple con que nos presenta todos los principios, de que está dotada y sus componentes hasta llegar a un fin práctico para su aprovechamiento". 
Luego apunta que: "Todo está previsto por la naturaleza y dispuesto para la conservación del hombre; entonces es al hombre, que toca encontrar con sus estudios y dedicación, las grandezas que encierra la naturaleza e insistiendo sin desfallecer, seguiremos a tientas la existencia de algo más grande".Una visión antropocéntrica, cuasi religiosa. 
Lola Mora le confiesa a Arrieta: "Siento en mi laboratorio, entre  mis aceites minerales, la misma emoción que sentía en mi taller de escultora...".Como tantos sabios, ella murió en la pobreza y,para mayores males, sus valiosos papeles fueron quemados por la familia.

En plena Pandemia, ¡A reformar la Constitución se ha dicho!

Lic. Félix González Bonorino Sociólogo Nos llega la noticia de que el Gobierno Provincial ha pesentado su propuesta de modificac...