Lic. Félix González Bonorino
Sociólogo
La epidemia nacional por el COVID-19 recién comienza, así
que pretender sacar conclusiones de algún tipo parece algo prematuro. Algunos
comenzaron ya a decir que el Gobierno lo enfrentaba mal, pero al poco tiempo se
le reconoce al Presidente un alto nivel de capacidad de gestión. Y tal vez esta
opinión también sea anticipada y luego las miradas cambien. Así como es
dinámica la actividad del virus, también lo es la capacidad de atender el
problema o de reaccionar a los cambios que nos va a ofrecer este
microorganismo.
Porque lo que es seguro es que las cosas pueden llegar a
cambiar y mucho.
Veamos un poco ahora que nos han inundado con información de
todo tipo, buena y mala, verificada o circunstancial, cuando no maliciosa. Limpiemos
un poco el escenario y tratemos de dejar lo importante.
Primero los datos.
Se trata de una cepa nueva de los virus Corona. Como el SARS
y el MERS. No tiene tratamiento curativo. Afecta al sistema respiratorio. Su
letalidad se encuentra entre el 2% y el 4%, es decir que entre el 2 y el 4% de
los contagiados mueren. El grupo de mayor letalidad es en términos generales el
de los mayores de 65 años, los inmunodeprimidos de cualquier edad además de
otros grupos.
El primer caso en Argentina se presentó el 1 de marzo luego
de un viaje a Italia y España entre el 19 y 29 de febrero y acaban de darle de
alta el jueves 12 de marzo. A la fecha hay dos personas fallecidas, pero esto
puede variar muy rápidamente.
Hasta el momento el Instituto Malbrán es el único centro en
condiciones de efectuar los análisis para la detección del virus.
Se verifica que el contagio es muy rápido y sencillo, tos o
estornudo alcanzan, por lo que lo que se busca es aislar a la población lo más
posible y mejorar las prácticas de higiene, ya que el contacto con una
superficie contaminada puede introducir el virus en nuestro cuerpo.
Si la evolución de la dispersión de la enfermedad fuera muy
rápido el problema sería la incapacidad física, de infraestructura y
equipamiento, para atender a todos los pacientes graves. Hoy, con menos de un
centenar de enfermos verificados, las guardias comienzan a sentir la presión de
las consultas, y esto recién empieza.
Entonces, primero acompañar a los familiares de los
fallecidos y a trabajar para evitar la dispersión del virus.
Ahora lo que podemos pensar
Para mí lo primero y más importante es mostrar a quienes
tenían dudas, que el rol del Estado es central y que por lo tanto se necesita
fortalecer el sector público. Tanto en Salta, al norte, como ahora con esta
pandemia nacional, si el Estado no hubiera estado al frente, el horizonte sería
mucho más negro. Como dije al principio, todavía es un poco temprano para sacar
estas conclusiones, pero el Ejército Argentino está perforando los pozos en
Santa Victoria Este y el cúmulo de Decretos que va ordenando el control de
fronteras, el comercio, las actividades sociales en todo el país, etc. son
decisiones públicas de un Estado Presente. Digo esto luego de haber aguantado
el discurso incesante de liberales anti estado durante los últimos 40 años, que
ha perforado los cráneos de grupos sociales que dependen del Estado, como los
grupos vulnerables y que sin embargo compran un discurso simplista.
El shock que se está gestando a la sombra de esta crisis es
multifacético.
Cuando la crisis entre China y los EEUU avanzaba seriamente,
cuando el manejo de la información con el 5G, variable estratégica del cambio
de paradigma comunicacional, colocaba a Xi Jinping emparejado con los EEUU esta
crisis se desencadena auto centrando las miradas. Tanto RPCh (República Popular
China) como Europa y ahora le toca a los EEUU, han cerrado las fronteras. Es la
primera vez desde 1945 que esto sucede. No tuvo esta envergadura ni siquiera
durante la Guerra Fría entre los Bloques de la OTAN el Bloque Soviético. El resto de los países
están actuando igual.
¿Esta situación puede sostenerse cuánto tiempo?
En el medio de esta crisis sanitaria, el conflicto entre
Rusia y Arabia Saudita (OPEP) produjo una nueva caída del precio del petróleo,
alcanzando valores de 1991, cuando la Guerra del Golfo destruyó toda
referencia. Esta reducción acompañó y cubre de neblina la disminución del
consumo de energía por parte de RPCh por culpa del Coronavirus. Las cosas se
imbrican como un puzle.
El mundo estaba frenando su economía desde el año pasado,
cuando se manifestó este virus en Wuhan, pero con las cuarentenas y el cierre
de actividades, la caída y los negativos vaticinios se acentuaron. Ni lentos ni
perezosos, los chinos leyeron la otra mitad del ideograma “Crisis” que en su
idioma significa a la vez peligro y oportunidad. Compraron, cuando los valores
estaban por el suelo, 30% de la parte de las empresas radicadas en su país. (https://misionesplural.net/2020/03/10/china-aprovecho-el-panico-de-los-mercados-por-el-coronavirus-y-compro-acciones-de-empresas-a-precios-regalados/)
los grandes empresarios europeos y estadounidenses se quedaron con la boca
abierta.
Las bolsas caen, las monedas se desploman, la multipolaridad
se reconfigura. Lo cierto es que volvemos al primer punto de estas reflexiones:
quienes tomaron mejores decisiones para enfrentar esta crisis fueron los
estados fuertes y organizados.
Pero existen otras situaciones, más culturales si se quiere,
que vienen de la mano de esta crisis sanitaria. Una es la discusión de la
solidaridad. Las redes fueron fuertes reflejos de lo que planteo. Valgan dos
ejemplos. La cuarentena en cuestión. Italia tardó en implementar la cuarentena,
pensaron que podía pasar como lo que es, una gripe fuerte y obraron como somos
los latinos, con cierta displicencia y lamentablemente pagan el precio. España
trató de recuperar la iniciativa, pero igualmente las Unidades De Terapia
Intensiva son insuficientes, la población de mayor edad fallece,
lamentablemente. Las historias son desgarradoras.
En el medio de estas escenas, los unos y los otros
comenzaron a solidarizarse con el otro. El otro, ¿les suena? Y hoy emocionan
los mensajes de colaboración entre desconocidos, de apoyo mutuo, soporte a los
sanitaristas, hasta los policías se solidarizan y son acompañados. En el mundo
del individualismo algo se quebró. Habrá que ver que engendra.
Así que de una lectura absolutamente sesgada de lo
acontecido (lo reconozco) yo destilo tres ejes que pueden parirse de esta
crisis. Tres ideas fuerza en ciernes, que tal vez alumbren.
La primera es la clara necesidad de contar con un Estado
Nacional fuerte para enfrentar las crisis que se nos van a venir. La toma de conciencia
de que las cosas no se construyen por generación espontánea sino por la
voluntad de un pueblo conducido por sus dirigentes a los que elige.
La segunda es la toma de conciencia de la importancia de la
solidaridad en la vida (¿supervivencia?) de los pueblos. Que los problemas de
las sociedades no se resuelven por vía del individualismo egoísta. Que el
mérito existe, claro que sí, y está asociado al aporte que se hace a la acción
y al destino colectivo. No hay que tenerle miedo a las palabras, lo que no
podemos hacer es dejarnos robar su significado.
En tercer lugar, tal vez podamos alumbrar la necesidad
visceral de construir un destino común, un destino colectivo. Quizás podamos
romper los atavismos que nos han frenado, partido, seccionado en partes, una y
otra vez, nos han enfrentado, nos han quebrado y agrietado detrás de intereses
que nunca fueron, ni nuestros, ni de nuestro pueblo.
Un Estado fuerte y un pueblo solidario solo necesitan un
puerto de destino, que el camino se marcará solo.
Tal vez, como los Chinos, encontremos de una buena vez, en
una crisis que nos amenaza con la muerte, la gran oportunidad que se nos
esconde.
Ojalá que sí.
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