Ricardo Alonso |
El Tribuno
Tal como había hecho en su tiempo Urquiza con la contratación de sabios
franceses, o Mitre con los italianos o Sarmiento con los alemanes, Moreno se
enfocó en conseguir e invitar a trabajar en nuestro país a científicos suizos.
Francisco Pascasio Moreno
(1852-1919), pasó a la historia como el Perito Moreno y es recordado por sus
trabajos en torno de la demarcación del límite con Chile en la Patagonia
Austral. Sin embargo fue un enciclopedista que abarcó varias áreas del
conocimiento, especialmente geografía, antropología, paleontología, geología, arqueología entre otras. De sus múltiples expediciones trajo numerosos objetos humanos y
fósiles que hoy se atesoran en museos nacionales e internacionales. Fue el
fundador del Museo de La Plata, considerado como uno de los más importantes del
mundo.
Hacia finales del siglo XIX Moreno
era el director y como subdirector se encontraba nada menos que Florentino
Ameghino, quien daría prestigio universal a la ciencia argentina. A la sazón el museo adquirió en 18.000 pesos de la época la valiosa colección
de mamíferos fósiles de Ameghino, quien había puesto a la Argentina en un lugar
preponderante en el estudio de las faunas fósiles que poblaron el continente
luego de la extinción de los dinosaurios.
Moreno quería que el museo descollara
por sus investigaciones científicas. Siguiendo ejemplos anteriores, tal como
había hecho en su tiempo Urquiza con la contratación de sabios franceses, o
Mitre con los italianos o Sarmiento con los alemanes, Moreno se enfocó en
conseguir e invitar a trabajar en nuestro país a científicos suizos.
Fue así como llegaron a La Plata
importantes estudiosos que dejaron una huella imperecedera en sus estudios y
escritos científicos. Entre ellos se tiene a Carl Burckhardt (1869-1935),
discípulo de Karl von Zittel y Eduard Suess, que llegó a nuestro país y realizó
estudios geológicos en la región cordillerana mendocina. Propuso la antigua
existencia de un continente Pacífico. Realizó detallados perfiles mostrando la
posición de las rocas, su composición y presencia de fósiles publicando
secciones y dibujos que son hoy clásicos de referencia. Finalmente se radicó en
México, donde continuó una carrera exitosa y se lo homenajeó con la designación
de un nuevo mineral, la burckhardita.
Otro fue Kaspar Jakob Roth-Schuetz
(1850-1924), nacido en Herisau, Suiza, que castellanizó su nombre como Santiago
Roth y acompañó a Moreno como perito en los límites con Chile. Se dedicó a la
paleontología y realizó numerosos hallazgos. Entre ellos se destaca el
"Hombre de Pontinelos" que habría sido contemporáneo de los últimos
grandes mamíferos del Pleistoceno. Efectivamente los restos humanos estaban
asociados con los de un gliptodonte, probando la contemporaneidad de ambos.
Recordemos que esta era una temática de moda ya que Ameghino planteaba que el
hombre se había originado en América del Sur y más específicamente en Argentina
lo que le valió la crítica mundial y la desacreditación de su obra. En gran
parte ello se relacionaba en sus disputas con la iglesia católica que no le
perdonaba esas "herejías".
Roth se dedicó a realizar grandes
colecciones de mamíferos fósiles argentinos que vendió a distintos museos de
Europa. El famoso geólogo y profesor Albert Heim influyó para que la
Confederación Suiza y el Cantón de Zurich le compraran su colección Nº 5, la
cual se conserva en el Museo Zoológico de la Universidad de Zurich. Además
aprendió de Heim el tema de las aguas subterráneas y su búsqueda, conocimientos
que aplicó ampliamente en nuestro país. Dirigió más de un centenar de
perforaciones en busca de agua en BUENOS
AIRES e incluso se trasladó con igual fin a Santiago del
Estero. Realizó numerosas campañas exploratorias a la Patagonia, entre ellas
con otro suizo: Florentino Machon. Fue Roth quien dio nombre a un grupo de
mamíferos fósiles exclusivos de América del Sur a los que llamó notoungulados.
En una campaña a Salta enfermó de
Malaria y falleció al poco tiempo.
También en el área de la
paleontología se contó con Alcides Mercerat, otro de los suizos reclutados por
Moreno. Mercerat realizó numerosas expediciones en busca de fósiles a la
Patagonia. Sus mayores aportes fueron en el descubrimiento de aves extintas del
Cenozoico, resultando uno de los pioneros en el tema. No tenía buena relación
con otros investigadores, especialmente con Ameghino con quien se llevaba mal.
El suizo Leo Wehrli- Frey (1870-1954), se especializó en geología y realizó
estudios de la alta cordillera argentino-chilena, con perfiles transversales y
descripciones de rocas. Trabajó especialmente con el ya mencionado Burckhardt.
También suizo fue Enrique A. S.
Delachaux (1864-1908), quien se especializó en cuestiones geográficas y
geodésicas. Trabajó junto al Perito Moreno en la documentación cartográfica que
permitiera la división demarcatoria con Chile en la zona sur, especialmente lo
referente a la divisoria de las aguas (Divortium Aquarum). Era un excelente
cartógrafo y preparó numerosos mapas y atlas del territorio argentino. También
preparó un trabajo sobre la Antártida en 1904. Sus investigaciones en las
sierras de Lihuel- Calel (La Pampa), lo llevaron a consumir aguas amargas
que le generaron una grave enfermedad. La muerte lo sorprendió mientras
trabajaba en el gran mapa de la República Argentina que se iba a presentar por
cuenta y orden del Instituto Geográfico Militar para el centenario de 1910.
Otros numerosos científicos europeos
llegaron atraídos por la magnífica capacidad de gestión del Perito Moreno,
entre ellos F. Favre, W. Paulcke, O. Wilckens, F. Lahille y H. Ihering, quienes
estudiaron distintos aspectos de la geología y la paleontología pampeana,
cordillerana y patagónica. Es importante señalar que Moreno fundó el Museo de
La Plata en septiembre de 1884, luego de un viaje a Francia y cuando contaba
con 32 años de edad.
Su objetivo era muy claro en el
sentido que el museo estaba destinado “a reunir, estudiar y divulgar materiales
para la Historia Física y Moral del Continente Sud-Americano” y “el plan
adoptado abarcaba el estudio bajo el punto de vista geológico y geográfico, de
la parte de la corteza terrestre que hoy forma el continente Sud-Americano”.
Es importante destacar la presencia
del alemán Rodolfo Hauthal (1854-1928), quien fue designado en 1891 como
Encargado de la Sección Geología y Mineralogía del Museo de La Plata. Para
poder actuar en la comisión de límites, a la que fue incorporado como geólogo,
Hauthal se hizo también ciudadano argentino. En 1898 le fue confiada la Cátedra
de Geología y Botánica de la Universidad de La Plata. Realizó investigaciones
en la alta cordillera y Patagonia, describiendo formaciones geológicas y
fósiles. Fue el primero en escalar numerosos cerros, entre ellos el Nevado de
Famatina (6150 metros) en 1895 y el Volcán Lanín (3800 metros) en 1896. Además
es recordado por los famosos hallazgos en el extremo sur de la Patagonia donde
se encontró una cueva de la edad de hielo que conservaba restos de mamíferos
extintos del grupo de los perezosos y que habían convivido con el hombre
prehistórico.
Se recuperaron pieles y restos de
excrementos fósiles que fueron derivados a distintos museos del mundo. La
caverna del seno de Última Esperanza y su valioso tesoro paleontológico dieron
lugar a numerosas ficciones sobre la presencia en algún lugar de monstruos
antediluvianos vivientes y a expediciones que llegaron desde todos lados a
buscarlos.
Francisco P. Moreno está
considerado como uno de los próceres civiles de la República Argentina. Su
legado fue abordado por decenas de investigadores interesados en la historia de
la ciencia en nuestro país, entre ellos Silvia Carrasquero y los científicos
reunidos en septiembre de 2016, en La Plata, en el marco del Cuarto Congreso
Argentino de Historia de la Geología