martes, 25 de septiembre de 2012

El devónico de Salta, Los Monos y el gas no convencional

Dr. Ricardo Alonso, 24/sep/2012 para El Tribuno


En el período Devónico, esto es unos 350 a 400 millones de años atrás, durante la época
paleozoica, el noroeste argentino junto a gran parte de Bolivia y Paraguay estuvo cubierto
por el mar. Esta situación se mantuvo desde mucho antes ya que trozos de continentes y
cuencas oceánicas se superpusieron muchas veces desde el lejano periodo Precámbrico.
Las rocas pizarrosas duras de la Quebrada del Toro, las calizas negras de Las Tienditas
(Salta) y de Volcán (Jujuy) pertenecen también a viejos mares. Al igual que las rocas que
forman la Sierra de Mojotoro y que podemos apreciar en el Cerro San Bernardo frente a la
ciudad de Salta, las que están llenas de fósiles de conchillas marinas y de trilobites que nos
hablan de remotas aguas de mar en la región. Esas rocas fosilíferas pertenecen a los
periodos Cámbrico y Ordovícico. Aquellas cuencas oceánicas pretéritas y sus continentes
aledaños tenían una disposición geográfica completamente diferente a lo que vemos hoy
día. Formaban la parte austral del supercontinente Pangea, o sea el Gondwana, donde
América del Sur y África estaban unidas. La vida era entonces muy primitiva. Los mares
tenían abundancia de invertebrados pero no habían aparecido todavía los grupos básicos de
vertebrados del tipo peces, reptiles, anfibios y aves. Tampoco las plantas. Con el correr de
los millones de años el mar se retiraba en unos casos y avanzaba en otros formando nuevas
cuencas oceánicas donde se depositaban los sedimentos que llegaban de la erosión de los
continentes vecinos formando capas superpuestas en pilas sedimentarias de varios
kilómetros de espesor. Así se fueron depositando los estratos del periodo Silúrico en las
cuales se presenta un extenso depósito de hierro marino, que aflora claramente desde
Unchimé a Zapla el cual representó un activo importante en la siderurgia argentina y hoy
espera su nueva puesta en valor. Cuando llegó el periodo Devónico lo que hoy es el
territorio de Salta y el noroeste argentino se encontraba a una latitud alta, esto es cerca del
círculo polar de entonces. La posición paleogeográfica de nuestras tierras estaba entonces
más allá de lo que hoy es Tierra del Fuego entre los 60 y 70 grados de latitud sur, en una
situación “antártica”. El polo sur estaba en el sur África, casi a la latitud de Salta. En esos
mares “periantárticos” y deficientes en oxígeno comenzaron a depositarse sedimentos
finos, esto es lodos y barros marinos junto con gran cantidad de materia orgánica. Dichos
lodos estaban formados por arcillas las cuales se acumulaban en finas capas hojaldradas en
el fondo marino que con el correr del tiempo van a dar lugar a una roca que se conoce
como lutitas. El cerro San Barnardo está formado en parte por ese tipo de lutitas marinas
que parecen las hojas de un libro y que en su interior guardan las impresiones de

invertebrados marinos que vivieron en el viejo océano Ordovícico. Volviendo a los mares
helados del Devónico, cientos y cientos de metros de arcillas se acumularon en su fondo
atrapando los restos orgánicos formados por el material planctónico muerto. En 1996,
Eduardo Ottone describió una asociación de esporas, quitinozoos y escolecodontes (dientes
silíceos faríngeos de gusanos poliquetos) provenientes del pozo Quebrada Galarza, en la
zona de Vespucio, fosilizados en esas sedimentitas. La sedimentación en aquellos mares
del Devónico medio fue originando una arcilla negra rica en materia orgánica formada esta
por la acumulación de una gran diversidad de grupos y morfologías como por ejemplo,
esporas y polen, quistes de dinoflagelados y acritarcas, colonias de algas unicelulares o
multicelulares, quitinozoarios, escolecodontes y otros restos de plantas como cutículas y
leños, todo lo cual forma parte de la materia orgánica insoluble o querógeno. Gran parte de
esa materia orgánica maduraría con el paso del tiempo para dar lugar a la generación de
hidrocarburos. Es lo que se denomina una “Roca Madre”, o sea un potente paquete de
lutitas negras que se ha dado en llamar “Formación Los Monos”, un término tomado de la
estratigrafía boliviana por el nombre de una quebrada en la región de Villamontes. La
Formación Los Monos tiene una gran distribución en el sur de Bolivia y Noroeste de
Argentina, incluido el norte del Paraguay, en la gran cuenca Chaco-Paranense que cubre
1.300.000 kilómetros cuadrados. Las pelitas grises oscuras de Los Monos, son las rocas
generadoras más importantes de la Cuenca Siluro-Devónica Oriental. Su carácter oleo
genético ha sido confirmado por estudios geoquímicos realizados para los anticlinales de
Ramos y Aguaragüe. Los hidrocarburos generados son únicamente livianos, dadas las
condiciones de profundidad (presión y temperatura) a las que fueron sometidas las rocas
madres. Ahora bien Los Monos está superpuesta a la Formación Huamampampa y está
cubierta a su vez por la Formación Iquiri, todas de edad devónica. Hacia ellas fueron
inyectados los hidrocarburos liberados de Los Monos y hoy son rocas reservorios. Pero no
todo el gas fue expulsado y quedó atrapado en formaciones permeables infra o
suprayacentes como “convencional”, sino que también quedó gas seco atrapado en la
propia roca madre y que por su baja permeabilidad se considera como “no convencional”.
Últimamente se prefiere llamar “no convencional” al gas atrapado en rocas que no puede
ser explotado económicamente a menos que se estimule el fracturamiento hidráulico del
reservorio mediante técnicas que incluyen además pozos horizontales y multilaterales.
Hasta ahora los geólogos consideraban a la roca madre simplemente como generadora de
hidrocarburos pero estéril ya que estos fueron arrojados de allí. Es más, se las tomaba como
una molestia que había que sortear para llegar a las formaciones portadoras del gas y del
petróleo. En las últimas dos décadas esto cambió radicalmente por los desarrollos en
Estados Unidos y las lutitas negras pasaron a ser consideradas roca almacén, además de
roca madre. La gran diferencia con un yacimiento convencional es que este tiene límites
físicos definidos por la estructura que lo contiene, caso de las combaduras de la corteza
conocidas como pliegues anticlinales. En cambio las lutitas negras se desarrollan en
grandes extensiones y alcanzan centenas de metros de espesor. Por lo tanto contienen

increíbles volúmenes listos para extraerse si se dispone de la tecnología necesaria. La
República Argentina está considerada como uno de los principales países del mundo en
recursos de hidrocarburos no convencionales. Los mejores desarrollos de la Formación Los
Monos en subsuelo se encuentran en los departamentos de San Martín y Rivadavia. La
única contra, que también es válido para los yacimientos convencionales, es la profundidad
a que se encuentran los depósitos de hidrocarburos líquidos y gaseosos que varían entre los
3000 y los 6000 por debajo de la superficie. Más allá de cualquier especulación el dato
cierto es que gracias a las lutitas negras al mundo en general y a la Argentina en particular
le sobran recursos energéticos para los próximos 200 años.

2 comentarios:

  1. Excelente articulo, hace falta una discusión informada para poder llegar a los mejores debates respecto a la mineria en salta: http://mineriaensalta.blogspot.com/

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  2. Interesante artículo! aprovecho para saludarlo y felicitarlo Dr. Alonso, por su libro "historia geológica de Salta y Reflexiones sobre los Andes" ameno, claro, motivador... Gracias.

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