Una de las mayores preocupaciones del Gobierno relacionada con el crecimiento de nuestra economía es la falta de inversiones. Recientemente se conocieron los datos de setiembre pasado y se observa que, en los tres primeros trimestres del año, el volumen físico invertido respecto al mismo período del año pasado, ha disminuido un 8,5%. Estos marca una tendencia poco feliz.
Ante esta realidad y con el objetivo de lograr mayores inversiones, la reacción del Ejecutivo no se hizo esperar. Durante la semana pasada el Gobierno logró que el Congreso aprobara la reforma al régimen de ART (Aseguradoras de Riesgos de Trabajo), anunció el Plan Estratégico de Seguros 2020 y lanzó cambios en el mercado de capitales.
La ley que reforma el régimen de las ART fue bien vista por los empresarios, ya que la reclamaban hace bastante tiempo. Recordemos que fue aprobada por el oficialismo, que en este caso no contó con el apoyo de sectores que se identifican con la centro izquierda, pero sí con otros de derecha, como el PRO.
Frenar la industria del juicio fue el argumento de mayor peso usado por los hombres de empresas para avalar esta iniciativa. Recordemos que el anterior sistema permitía la doble vía, por la cual el damnificado por un accidente de trabajo o su familia, cobraban la indemnización en la aseguradora y podía recurrir además, por vía judicial, a demandar a la empresa donde trabajaba. Se generaban así mayores costos, especialmente a las Pymes.
Esta nueva ley aumenta y actualiza cada seis meses los montos indemnizatorios que fija el régimen de las ART y elimina la posibilidad de abrir las dos vías para cobrar la indemnización. El damnificado debe elegir entre una u otra opción.
A pesar de la aprobación de esta norma, son numerosos los sectores que opinan que ésta no resuelve el problema, entre otras cosas porque no contempla acciones para frenar en el origen los accidentes de trabajo, como son los controles preventivos.
También opinan que será muy fácil presentar un recurso declarando la inconstitucionalidad de esta nueva norma por cerrar la doble vía, tal como fue planteado el régimen original de las ART. De todas maneras, el oficialismo y los empresarios ven con optimismo la nueva ley porque significa que se dio un paso importante en la previsibilidad y costo de estos hechos fortuitos.
Plan estratégico de seguros
A pesar de no haber trascendido los detalles del Plan Estratégico de Seguros 2020 que se discutirá próximamente en el Congreso, se entiende que está destinada a aumentar la capacidad de financiamiento de la economía y a un redireccionamiento del crédito hacia sectores productivos; es decir, dar valor agregado y generar fuentes de trabajo genuinas.
La característica del plan será que las compañías de seguros destinarán un porcentaje de sus fondos a financiar emprendimientos productivos, discriminando así: las ART deberán disponer como mínimo el 5% y como máximo un 10%; para el caso de los seguros generales y reaseguradoras el piso será del 10% y el techo de 20%; y para las aseguradoras de vida que cuentan con fondos a mayor plazo el piso será del 12% y el techo de 30%.
Falta definir cuales se considerarán “emprendimientos productivos”, ya que se puede transformar esta nueva ley en una nueva fuente de financiamiento de los gastos del Gobierno.
Se estima que a través de la ley de mercado de capitales y el Plan Estratégico de Seguros 2020 se aportarán cerca de 7.000 millones de pesos para financiar emprendimientos productivos.
Sobre el mercado de capitales
El proyecto sobre el mercado de capitales propone la reforma de la ley 17.811 (del año 1968) que regula la oferta pública de valores negociables (acciones que cotizan en bolsa) y de los agentes bursátiles (operadores), que entre otras cosas exigía que todos los agentes de bolsa debían ser accionistas del Merval. Hoy cada una de esas acciones vale entre 5 y 6 millones de pesos.
Recordemos que el mercado de capitales es el ámbito donde se negocian activos financieros de corto, mediano y largo plazo. En él se encuentran los que ahorran y quienes buscan financiamiento; los primeros comprando y los segundos vendiendo dichos activos (acciones). Este flujo ahorro-inversión contribuye al desarrollo de las inversiones productivas.
Actualmente las operaciones en el mercado bursátil son hechas dentro de un marco institucional privado que brinda el entorno operativo, administrativo y regulatorio adecuado para el buen funcionamiento del mercado de capitales. Este sistema le permitía a los agentes financieros (empresas que cotizan en bolsa) ser controlados por sus pares. El proyecto de reforma bursátil le da más facultades a la Comisión Nacional de Valores (CNV) para controlar el sistema bursátil y le otorga mas poder sancionatorio en el mercado de capitales
Las características más importantes de este proyecto son:
a) Será el fin de la autoregulación de los mercados por parte de entidades privadas, el Merval perderá protagonismo.
b) La Comisión Nacional de Valores (CNV) centralizará el control de los mercados bursátil y extra bursátil, proponiendo unificarlos y autorizará a los agentes de bolsa a operar (comprar y vender acciones);
c) La CNV tendrá la facultad de sancionar a las calificadoras de riesgo, pudiendo reemplazarlas por informes de universidades.
d) El secreto bursátil será eliminado, y la Bolsa podrá cruzar datos con la AFIP. Esto implica que el Gobierno tendrá más control sobre las empresas que cotizan en bolsa.
Varios analistas opinan que este proyecto es “ambicioso” y que junto al plan de seguros 2020 se agudiza cada vez más la participación del Estado en la economía. Me pregunto si este accionar sobre las inversiones se debe a que no se avanzó con el proyecto de crear un Banco de Inversión y Fomento, especialmente para las Pequeñas y Medianas Empresas. ¿No hubiera sido mejor?
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