Dr. Julio Moreno, 10/may/2012 para El Tribuno
Ya se empezaron a sentir los primeros síntomas de desaceleración de la economía. Las ventas en los shoppings bajaron en marzo un 9%, la producción automotriz se redujo un 24% el pasado mes de abril y el comercio registro una baja del 3,6% en el mismo mes. Si a esto le agregamos que también se reducirá el ingreso de divisas de la producción agrícola en esta temporada, el panorama no es de lo mejor.
Entre las causas, podemos citar los aumentos en los servicios que produjo la quita de subsidios al consumo de luz, agua y gas; la inflación, cuyos mayores perjudicados son los trabajadores con remuneraciones fijas; la disminución de los créditos por las altas tasas de interés; la poca inversión que genera nuevos puestos de trabajo; la gran cantidad de trabajadores, cuyos salarios aún no aumentaron porque no concluyeron las paritarias; y factores externos como la crisis de los países europeos o la poca predisposición de inversores a iniciar nuevos emprendimientos en nuestro país. La consecuencia de todo esto es que el crecimiento de la economía será mucho más bajo que en años anteriores.
Desempleo y trabajo informal
Durante el año pasado, el desempleo en Argentina se redujo al 7,2% según el Indec. Pero lo que no ha podido descender es la cantidad de trabajadores informales o en negro, que está aumentando a pesar del crecimiento de la economía.
De acuerdo a un estudio realizado en el sector privado con datos oficiales, sin computar los empleados del sector público y el servicio doméstico, observamos que la mayor cantidad de trabajadores informales se encuentra en las pequeñas y medianas empresas (pymes), en general con menos de 25 empleados.
Las cifras son las siguientes:
- En 1966, el empleo informal privado era del 42%, con una tasa del 16% en empresas de más de 100 trabajadores y de 52% en empresas con menos de 25 trabajadores.
- En 2004, la tasa general era de 46%, con una tasa del 12% para las empresas con más de 100 trabajadores y 62% para las empresas con menos de 25 trabajadores.
- En 2011, la tasa general disminuyó al 35%, con una tasa de 8% para las empresas con más de 100 trabajadores y de 53% para las empresas con menos de 25 trabajadores.
Al analizar estos datos oficiales, observamos con preocupación que la informalidad para las empresas grandes (más de 100 empleados) se redujo casi a la mitad. En cambio, las pequeñas empresas mantienen los mismos niveles de informalidad de hace 15 años, a pesar de la bonanza económica que permitió el gran crecimiento a tasas chinas en nuestro país hasta el año pasado.
La informalidad
Debemos ser conscientes de que el empleo informal existe y es una realidad en nuestra economía, especialmente en el sector pymes. Pero debe ser tratado como tal y no como un sector marginal que solo debe ser sancionado. Tenemos que convencernos de que la penalización no genera un cambio en la situación actual. Para que el empresario se incorpore al sector formal, tenemos que cambiar la actitud y generar las condiciones económicas para pasar de lo informal a lo formal. Existen varias causas del porqué no se termina con el trabajo informal. Entre las más importantes, podemos citar:
a) El impuesto al trabajo, que financia a la seguridad social, es en muchos casos inaccesible para las pequeñas empresas por sus altos costos. Es decir, los montos vigentes están por encima de las posibilidades de la economía argentina actual.
b) Si a los altos costos que implica contratar un trabajador en blanco le debemos sumar la burocracia que existe para inscribirlo y mantenerlo (en la mayoría de los casos es necesario el trabajo de un contador), seguimos aumentando los costos.
c) Generalmente, un trabajador en negro es un joven con poca experiencia o escasamente calificada, razón por la cual se debe apostar a la capacitación para que mejore y pasar de la cantidad a la calidad.
Propuestas
Uno de cada tres trabajadores es informal debido a los altos costos que significa tener trabajadores en blanco. Por eso es necesario eliminar las regulaciones e incentivar la contratación de trabajadores formales.
Se deben buscar medidas correctivas y de gran impacto, especialmente para las micro y pymes, que son las mayores generadoras de empleos genuinos. Para ello propongo a nuestros gobernantes y legisladores la implementación de medidas que ayuden a disminuir los costos del trabajo formal y contribuyan a bajar la cantidad de trabajadores informales. Algunas de ellas serían:
a) Aportes patronales cero. Sí, propongo rebajar a cero los aportes o el impuesto que debe pagar el empleador al contratar a sus trabajadores, ya que en algunos sectores alcanza al 50% del salario pagado al trabajador, quitándole competitividad respecto a otros que contratan trabajadores informales. Esta quita puede ser general o para incentivar a determinados sectores o regiones que necesiten bajar sus costos.
b) Reducción del impuesto a las Ganancias (35%) a los contribuyentes que decidan contratar nuevos trabajadores o reinvertir utilidades.
c) Que haya un pago único por trabajador formal (o monotributo laboral). Esto disminuirá la pesada carga burocrática que significa su declaración y pago mensual.
d) Flexibilización de las disposiciones vigentes en materia laboral.
Así como se subsidian otras actividades para impulsar el consumo, sería interesante que los verdaderos generadores de empleos también se beneficien justo ahora cuando la economía está mostrando síntomas de enfriamiento y las inversiones que generan trabajo genuino no son suficientes. Apostemos a nuestros empresarios, dándoles mayores herramientas para que siga creciendo la economía con trabajo registrado.
Ya se empezaron a sentir los primeros síntomas de desaceleración de la economía. Las ventas en los shoppings bajaron en marzo un 9%, la producción automotriz se redujo un 24% el pasado mes de abril y el comercio registro una baja del 3,6% en el mismo mes. Si a esto le agregamos que también se reducirá el ingreso de divisas de la producción agrícola en esta temporada, el panorama no es de lo mejor.
Entre las causas, podemos citar los aumentos en los servicios que produjo la quita de subsidios al consumo de luz, agua y gas; la inflación, cuyos mayores perjudicados son los trabajadores con remuneraciones fijas; la disminución de los créditos por las altas tasas de interés; la poca inversión que genera nuevos puestos de trabajo; la gran cantidad de trabajadores, cuyos salarios aún no aumentaron porque no concluyeron las paritarias; y factores externos como la crisis de los países europeos o la poca predisposición de inversores a iniciar nuevos emprendimientos en nuestro país. La consecuencia de todo esto es que el crecimiento de la economía será mucho más bajo que en años anteriores.
Desempleo y trabajo informal
Durante el año pasado, el desempleo en Argentina se redujo al 7,2% según el Indec. Pero lo que no ha podido descender es la cantidad de trabajadores informales o en negro, que está aumentando a pesar del crecimiento de la economía.
De acuerdo a un estudio realizado en el sector privado con datos oficiales, sin computar los empleados del sector público y el servicio doméstico, observamos que la mayor cantidad de trabajadores informales se encuentra en las pequeñas y medianas empresas (pymes), en general con menos de 25 empleados.
Las cifras son las siguientes:
- En 1966, el empleo informal privado era del 42%, con una tasa del 16% en empresas de más de 100 trabajadores y de 52% en empresas con menos de 25 trabajadores.
- En 2004, la tasa general era de 46%, con una tasa del 12% para las empresas con más de 100 trabajadores y 62% para las empresas con menos de 25 trabajadores.
- En 2011, la tasa general disminuyó al 35%, con una tasa de 8% para las empresas con más de 100 trabajadores y de 53% para las empresas con menos de 25 trabajadores.
Al analizar estos datos oficiales, observamos con preocupación que la informalidad para las empresas grandes (más de 100 empleados) se redujo casi a la mitad. En cambio, las pequeñas empresas mantienen los mismos niveles de informalidad de hace 15 años, a pesar de la bonanza económica que permitió el gran crecimiento a tasas chinas en nuestro país hasta el año pasado.
La informalidad
Debemos ser conscientes de que el empleo informal existe y es una realidad en nuestra economía, especialmente en el sector pymes. Pero debe ser tratado como tal y no como un sector marginal que solo debe ser sancionado. Tenemos que convencernos de que la penalización no genera un cambio en la situación actual. Para que el empresario se incorpore al sector formal, tenemos que cambiar la actitud y generar las condiciones económicas para pasar de lo informal a lo formal. Existen varias causas del porqué no se termina con el trabajo informal. Entre las más importantes, podemos citar:
a) El impuesto al trabajo, que financia a la seguridad social, es en muchos casos inaccesible para las pequeñas empresas por sus altos costos. Es decir, los montos vigentes están por encima de las posibilidades de la economía argentina actual.
b) Si a los altos costos que implica contratar un trabajador en blanco le debemos sumar la burocracia que existe para inscribirlo y mantenerlo (en la mayoría de los casos es necesario el trabajo de un contador), seguimos aumentando los costos.
c) Generalmente, un trabajador en negro es un joven con poca experiencia o escasamente calificada, razón por la cual se debe apostar a la capacitación para que mejore y pasar de la cantidad a la calidad.
Propuestas
Uno de cada tres trabajadores es informal debido a los altos costos que significa tener trabajadores en blanco. Por eso es necesario eliminar las regulaciones e incentivar la contratación de trabajadores formales.
Se deben buscar medidas correctivas y de gran impacto, especialmente para las micro y pymes, que son las mayores generadoras de empleos genuinos. Para ello propongo a nuestros gobernantes y legisladores la implementación de medidas que ayuden a disminuir los costos del trabajo formal y contribuyan a bajar la cantidad de trabajadores informales. Algunas de ellas serían:
a) Aportes patronales cero. Sí, propongo rebajar a cero los aportes o el impuesto que debe pagar el empleador al contratar a sus trabajadores, ya que en algunos sectores alcanza al 50% del salario pagado al trabajador, quitándole competitividad respecto a otros que contratan trabajadores informales. Esta quita puede ser general o para incentivar a determinados sectores o regiones que necesiten bajar sus costos.
b) Reducción del impuesto a las Ganancias (35%) a los contribuyentes que decidan contratar nuevos trabajadores o reinvertir utilidades.
c) Que haya un pago único por trabajador formal (o monotributo laboral). Esto disminuirá la pesada carga burocrática que significa su declaración y pago mensual.
d) Flexibilización de las disposiciones vigentes en materia laboral.
Así como se subsidian otras actividades para impulsar el consumo, sería interesante que los verdaderos generadores de empleos también se beneficien justo ahora cuando la economía está mostrando síntomas de enfriamiento y las inversiones que generan trabajo genuino no son suficientes. Apostemos a nuestros empresarios, dándoles mayores herramientas para que siga creciendo la economía con trabajo registrado.
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