miércoles, 29 de abril de 2020

En plena Pandemia, ¡A reformar la Constitución se ha dicho!




Lic. Félix González Bonorino
Sociólogo
Nos llega la noticia de que el Gobierno Provincial ha pesentado su propuesta de modificación de la Constitución de Salta. En plena cuarentena ingresa la propuesta de llamado a Convención Constituyente para reformar un conjunto de artículos de la CPS.
Esta Constitución es del 2003 (última reforma parcial), es decir que hace 17 años que viene regulando el sistema político, jurídico y legislativo de la provincia. ¿Cuál era el apuro? ¿Cómo se entiende proponer esto en medio de una cuarentena general? (Al día de hoy no se puede circular sin certificado que lo justifique) Discutir la reelección de toda la plana política, la municipal, las legislaturas y la del Gobernador y su Vice “está bueno”, pero no tiene urgencia, ¿podía ser en 6 meses?
Cuando uno lee la propuesta encuentra que no queda para nada claro si esta reforma alcanza la actual gestión de los intendentes, concejales, legisladores y ejecutivos provinciales, o si es para los siguientes. Digo esto porque es necesario evitar caer en la trampa del 2003, cuando se reformó hablando de “2 reelecciones”, con lo cual quedó sellada entonces la reelección de JC Romero y los 3 períodos explícitos posibles para los sucesivos.
Ética
Si coincidimos en que es bueno para la provincia que los gobernantes estén un máximo de 8 años como Gobernador, ¿A usted le parece que tendría que incluir la actual gestión y que la reelección sea la próxima y a su casa?
Aclaro por si acaso, si yo Gobernador mando una Reforma Constitucional para cambiar las cosas que a mí me parecen trascendentes, ¿no debería ser yo mismo el primero en dar el ejemplo y explícitamente incluirme en la limitación a una segunda reelección?
Tal vez está en el espíritu de la propuesta, pero que quieren que les diga, mejor que esté escrito. ¡Demasiados perros nos metieron ya!
Pero yo miro el articulado propuesto y esquematizo para entender mejor:

  1. Duración del Gobernador en su cargo: Confuso. Sin apuro.
  1. Duración de los otros mandatos en toda la Provincia: Confuso. Hoy demagogia. Sin apuro.
  1. Jueces de Corte: Inamovilidad y futuras designaciones. URGENTE PARA ELLOS, PERO NO SABEMOS POR QUé. ESTO ES LO IMPORTANTE
  1. Auditores Generales de la Provincia: Necesario, IMPORTANTE. Sin apuro
Si no se contempla la actual posición como punto de partida entonces nos están haciendo trampa.

Analisis general de lo propuesto
Seamos claros, si queremos tener un Sistema Democrático que habilite a solo 8 años consecutivos en el mismo cargo como máximo, esto debe ser dicho claramente y DEBE CONTARSE la posición actual del Intendente, Legislador y Ejecutivo Provincial. Es decir que esta primera elección posterior a la reforma será una excepción que solo habilitará a una reelección. Hay que encontrar la redacción más apropiada como para que cualquiera lo entienda de una simple lectura.
46-Constitucion Salta-2
¿Necesitamos más Jueces de Corte? En la actualidad son 7 mientras que la Corte Suprema de Justicia de la Nación son 5. Puede no tener ninguna relación, pero es un dato “duro” diría mi yerno.
¿Qué es lo que se comenta sobre el tema? Lo primero es que habría que compensar ciertos acuerdos políticos previos. Segundo, es que estos acuerdos protejerían a autoridades pasadas, presentes y futuras.
Allí viene el segundo punto, se garantizaría la “protección” mediante la inamobilidad de los Jueces. La propuesta habla de inamobilidad hasta la edad de jubilación.
Sin lugar a dudas este punto es el más extraño. Ojo, no afirmo esto, solo digo lo que dicen en los medios tratando de explicar los cambios porpuestos. El argumento principal es que de esta manera, al sacar la reelección de los Jueces de la influencia del Ejecutivo Provincial, el Poder Judicial gana en independencia. ¿Qué sucede, ahora no es independiente? Y si no lo fuera, ¿de quién dependió desde el 2003 a la fecha? ¿Y cómo se puede verificar que obedecía a otros poderes o intereses?
La propuesta no habla de reformar la Legislatura para hacerla UNICAMERAL. Tampoco habla de reformar la proporcionalidad de los legisladores respecto del electorado.
Otra cuestión es la de la Auditoría General de la Provincia. Como todo órgano de control, viven sospechados. Se sospecha de demoras en la evaluación de las cuentas de los municipios, o del Gobierno Provincial. Esto no va a mejorar automáticamente con el aumento de representación opositora en el quinteto directivo, sobre todo porque la vocación opositora ha venido cambiando mucho desde Borocottó a la fecha, pero podría ser. Algo que sí es seguro es que tenemos que tener un Organo de Control que le de garantías al ciudadano y que nunca proteja al corrupto. ¿Cómo hacemos? ¿Quién controla a los que los controlan? ¿La Justicia? ¡AH!
Lo fáctico
Una cosa que sí sucede en esta Legislatura Provincial de Salta es que los proyectos del Ejecutivo salen casi sin discusión. Habren el micrófono para crear un simulacro de debate y, a menos que el “moco” hubiera sido escandaloso, no se modifica nada de la propuesta. Sobre todo cuando se trata de proyectos de esta envergadura.
Esto es un hecho. Entonces la discusión hay que darla antes de la Sesión, fuera de la Sesión, en todos los circuitos posibles, porque se puede pensar honestamente que hace falta una reforma constitucional incluso más amplia que la propuesta, pero se tiene que llegar a ella con la población involucrada.
Habrán elecciones de Convencionales. Tenemos que elegir a aquellos que defiendan nuestra posición. Distintos a los Legisladores obedientes.
Ante esto se encuentra el otro factor, nada menor. Hasta el 10 de Diciembre sigue la cuarentena. Hasta ese día buena parte de los salteños y salteñas vamos a estar buscando la manera de ganar nuestro pan, que la empresa no cierre, que la familia no se enferme y todos sabemos que esto va a ser muy dificil. Llevará meses normalizar la cosa.
Entonces, el Poder Ejecutivo Provincial puede perfectamente RETIRAR la propuesta hasta encontrar un momento mejor, incluso elegir a los Convencionales Constituyentes en las próximas Elecciones Provinciales del 2021 y no incurrir en gastos superfluos de fondos que no tenemos. Discutir en este lapso buscando una Constitución para los próximos 40 años.
Conclusión
Si mueve la cola, corre en cuatro patas y ladra, es un perro. Y justo este no es el mejor amigo del hombre.

EL MUNDO EN PANDEMIA




Dr. Gustavo Barbarán




La globalización mostró una de sus facetas más oscuras. La pandemia no puede pasar sin consecuencias, sin que se sepa realmente cómo y por qué llegamos a semejante situación, descartando cualquier teoría conspirativa.


Es el momento adecuado para reflexionar sobre su incidencia en la política internacional, por un lado; por otro, cómo aprovecharemos las oportunidades que genere esta crisis... si las detectamos.

Por primera vez en la historia, una catástrofe biológica produce tamaña conmoción por los presumibles efectos sociales y económicos sobrevinientes. Imposible prever con certeza el comportamiento de la economía mundial pos pandemia, salvo que será duro para todos los países; de hecho, los “emergentes” la pasaremos peor.

Las desorientadas dirigencias gubernamentales y no gubernamentales vacilan, contagian incertidumbres y la gente se asusta. Cientos de análisis y propuestas, que circulan como virus, poseen una fuerte carga ideológica. No es buena señal.


¿“Nuevo” orden?

En circunstancias dramáticas nunca faltan quienes pronostican que el mundo cambiará para siempre. ¿Preludio del nuevo orden? ¿Acaso vivimos en orden internacional? Mejor observemos un poco el mundo arrasado por el COVID-19, pues antes que cambios drásticos cabría intentar una vuelta de tuerca.


En la actualidad este diablo mundo no está en “orden”. Existirá siempre y cuando la comunidad internacional acuerde regularse mediante principios de convivencia “erga omnes”, adaptados a los requerimientos de la primera mitad del siglo XXI.

Un orden mundial será confiable si además conlleva un equilibrado esquema de seguridad estratégica, para resguardo de la paz y seguridad internacionales. Tampoco lo hay con esas características.

En realidad, lo que subsiste es el desvencijado “sistema” de Naciones Unidas, surgido en la inmediata posguerra. Un año antes, junio de 1944, le precedió otro, económico-financiero, que con los años demostró eficacia para ordenar la economía de posguerra a gusto de las grandes potencias industriales. De los Acuerdos de Bretton Woods surgieron el FMI, el Banco Mundial y el GATT (hoy OMC), mecanismos multilaterales cuestionados desde hace tiempo y que hoy son parte del problema.

Así se gobierna “institucionalmente” el mundo. Hay otros actores internacionales, también de dudosa eficacia, comandados por grupos más reducidos de países que operan como poder mundial superestructural: G 7 + 1, G 20, OTAN, OCDE y similares. Es un aspecto para considerar con atención, pues no hay propuestas claras para los graves problemas humanos.


Las grandes potencias

Lo otro es la geopolítica. Difícil que surja un nuevo orden -seguro y confiable, solidario y responsable- mientras las grandes potencias disputen como lo están haciendo. ¿Es solo tarea de China y Estados Unidos; el resto meros espectadores? ¿Qué sobrevendrá de la renovada confrontación entre potencias marítimas y potencias territoriales? 


Después de la autoproclamada unipolaridad norteamericana de los años ’90 (el “fin de la historia”), ¿habrá que asumir con resignación una bipolaridad? ¿Con Trump y Xi Jinping a la cabeza? ¿Confiaremos en ellos aunque acomoden bien sus cargas? 

La geopolítica implica una construcción desde los Estados en función del poder nacional. Habiendo oportunidad para la multipolaridad de países o de bloques de países, ¿cuál será la opción de la Argentina?, ¿asimilarnos a lo que venga?, ¿asumir otra alianza carnal con Estados Unidos?, ¿negociar con China o con Rusia?, ¿o con la Unión Europea? ¿Qué pasará con Brasil? Estos son movimientos tectónicos independientes de virus y parece que no lo advertimos.


Etnocentrismo cultural

Por lo demás, vaticinios de viejos y nuevos augures, típicos de círculos intelectuales y mass media de Europa y Estados Unidos, llegan enlatados a estos pagos y los consumimos sin beneficio de inventario. Ese etnocentrismo cultural, del que somos solícitos tributarios, a la postre termina imponiendo una agenda que nos desenfoca de nuestro problema central y sus derivaciones. Y al comprar cualquier verdura, resignamos el manejo de los propios tiempos y prioridades, enredados en discusiones sobrecargadas (por ejemplo, si los niños son del Estado o de las familias que debate la España de Pedro Sánchez, aborto libre y gratuito, políticas de género radicalizadas, intangibilidad de los recursos naturales, más Estado o menos Estado, etc.).


A fines de 2019, la pobreza atrapó al 35,5% de los argentinos; diez puntos más en Salta. ¿Nadie se hará cargo? Pero la pobreza y la indigencia son consecuencias directas del subdesarrollo: ¿cuándo asumiremos que ese es nuestro centenario problema central que requiere nuestro mayor esfuerzo? ¿Nos olvidamos ya de las causas de las crisis que sacudieron Latinoamérica y otros países del mundo en 2019? No obstante, sigue creciendo la obscena brecha entre los más ricos y los más pobres, personas o países.

Así las cosas, los países que pugnan por zafar del subdesarrollo, ¿pueden emerger sin reglas de juego cooperativas y solidarias? En tales condiciones, ¿cómo participar equitativamente en foros internacionales para acordar medidas para la coyuntura económica y sanitaria? Basta de jugar con naipes marcados.


En semejante contexto, del fárrago de lecturas consideradas para esta nota, muchas ayudan a pensar. Desde H. Kissinger advirtiendo una alteración del orden mundial “para siempre”, requiriendo más cooperación internacional para planificar una nueva época; hasta el inclasificable Slavoj Zizek pronosticando que la pandemia será un golpe fatal al capitalismo y “podría conducir a la reinvención del comunismo”; pasando por The Economist que, en editorial del 26 de marzo pasado (“El estado en el tiempo del COVID-19”) se preocupaba por la “expansión” del Estado y cuándo y cómo ponerlo en su lugar; o Yuval Harari advirtiendo sobre el peligroso advenimiento de un mundo orwelliano. Más provecho saqué de Mariana Mazzucato (“La triple crisis del capitalismo”) y David Harvey (“Política anticapitalista en tiempos de coronavirus), quienes desde su óptica ofrecen aportes interesantes y necesarios a la hora de discutir el futuro inmediato.

Se impone una agenda coyuntural con temas de urgente abordaje, sin perjuicio de ser también de largo plazo:

1º) Imprescindible analizar el futuro inmediato de las relaciones de trabajo y el mantenimiento del empleo, cualesquiera sean sus modalidades.
2º) La inversión de capital debe orientarse a la producción de bienes y servicios, acotando la prevalencia del capitalismo financiero.
3º) A propósito, resolver del modo más equitativo las deudas externas estatales, poniendo en caja a los insaciables fondos especulativos.
4º) Implementación impostergable de medidas que aseguren un uso responsable de los recursos naturales nacionales.
5º) Replantear la demografía, apuntando a la desconcentración humana en las grandes metrópolis.


Esta lista no es taxativa. 

Finalizamos acá con una vieja muletilla, que en esta ocasión aplica mejor que nunca: el mundo no se adapta a cada doctrina de los Estados, sino que las políticas se adecuan a los hechos. Nunca habrá un orden mundial justo y pacífico con Estados nacionales que boguen a la deriva. 


martes, 28 de abril de 2020

O TODOS, O NINGUNO






Dr. Julio Aurelio Moreno
Economista



El pasado 1 de abril fue un día muy particular para la democracia, ya que nuestro gobernador abrió las sesiones ordinarias en el poder legislativo a través de una plataforma tecnológica, pero con un mensaje que tiene como fondo los índices de pobreza, desnutrición, muerte de nuestros hermanos, dengue, recesión, inflación y ahora el coronavirus.

Las noticias no son de las mejores.

La ausencia de un presupuesto que nos diga cuánto y cómo gastar los dineros públicos y las prioridades establece que sea muy difícil predecir el desenlace, ya que los acontecimientos varían día a día. A este panorama sombrío se añade el dato de una recaudación tributaria que en enero y febrero disminuyó un 5,2%, pero ahí no termina todo: para marzo y abril la caída será mayor por la falta de actividad por la cuarentena.

La pandemia y el sistema agroindustrial

También la disminución del ingreso de dólares será significativa por la baja del precio de nuestras exportaciones, el cierre de los mercados y la desaceleración de la economía. Para ello deberá aumentarse, sí o sí, la producción.

El Gobierno nacional prorrogó hasta el fin de Semana Santa la cuarentena, con la obligación de quedarnos en casa, permitiendo solamente las actividades relacionadas con la atención de salud y los alimentos.

Creo que la sociedad le debe un enorme reconocimiento y agradecimiento a todos los que contribuyen desde la sanidad como médicos, enfermeros, farmacias, droguerías, etcétera, como al personal de seguridad que ayuda a hacer efectiva la cuarentena.

Es muy difícil predecir el futuro. No conocemos aún la dimensión sanitaria de la pandemia, que no sabemos hasta cuándo se prolongará y presentimos, con fundamentos, un profundo cambio en el sistema productivo.

El mundo va a sufrir la mayor recesión del sistema capitalista, van a cambiar el rol de la tecnología, la modalidad del empleo, las relaciones entre los países y los aparatos productivos.

Es imprescindible que la estrategia sanitaria sea la óptima y, al mismo tiempo, asumir ya, desde los espacios de decisión, que la retórica política tradicional y las fotos de funcionarios con barbijo no alcanzan. Lo que está en juego es el futuro de la Nación, de la Provincia, del trabajo y de la calidad de vida de los argentinos en los próximos treinta años.

Hay que cambiar el chip.

Al rojo vivo

Los emprendedores y las pymes se preparan para lo peor, y presienten que será posible que deban bajar las persianas.

La cadena de pagos está en caída, lo que significa que no se podrá pagar o cobrar por mercancías vendidas o servicios prestados. Y después puede sobrevenir un "efecto dominó". El daño consecuente, irreparable.

Hoy la preservación del empleo y de la actividad de las pymes debe ser la prioridad para el Gobierno antes que acordar con los tenedores de títulos privados y el arreglo con el FMI.

Aquí voy a citar una definición del ministro de Economía, Martín Guzmán. En un artículo publicado en una página financiera internacional señalaba, entre las prioridades de la pandemia, que los gobiernos "deben extender el seguro tradicional de desempleo para que los trabajadores despedidos no caigan en la pobreza antes de que termine la pandemia. Y deben proteger el empleo existente subsidiando empleos en sectores que están gravemente afectados por la crisis pero que seguirán siendo valiosos para la economía cuando la crisis termine".

Además, el ministro sostiene que deben "preservar el capital organizacional (conocimiento) integrado en las empresas en curso. La crisis exige políticas orientadas específicamente a preservar las capacidades productivas positivas y el conocimiento dentro de las empresas, tanto pequeñas como grandes".

La discusión que se viene

¿Cuál es el momento en que el remedio comienza a tener más costos sociales que la enfermedad?

La consultora J. P. Morgan determinó que hay que prestar atención cuando un restaurante promedio transcurre 16 días sin actividad; un negocio minorista, 19 días; pymes de servicios, 21 días; profesionales liberales 33, días y el Estado, 47 días.

El panorama es desalentador.

Me permito humildemente aconsejar al Gobierno que en el corto plazo comience con emisión de pesos para reactivar el mercado interno; aumente el gasto, especialmente la obra pública; baje la tasa de interés, los bancos flexibilicen la calificación a los deudores bancarios y la AFIP empiece a tender una mano al sector privado, entre las medidas más importantes.

Recesión y/o pandemia

¿Hasta cuándo se podrá sostener la cuarentena? ¿Cuánto puede soportar la economía? ¿Cuánto durará la credibilidad de la estrategia?

Todavía no se inició la discusión entre pandemia o recesión, y por la rapidez con la que avanza esta enfermedad se le da prioridad a lo urgente; después vendrá lo importante

Antes de la crisis del coronavirus Argentina estaba quebrada, en recesión, empobrecida y al borde del default, ahora se potencia con el peligro de que podamos entrar en un proceso de implosión de nuestra economía.

Los consejos económicos y sociales nacionales, provinciales y municipales deben ser escuchados por lo que vendrá, y por último: me preocupa que los economistas actualmente no se comprometan más en esta crisis/pandemia. ¿Se deberá a que no tienen el poder de convencimiento de los médicos? ¿O no terminan de tomar conciencia de lo que se viene?

Cuasi monedas

Las provincias previendo la falta de dinero para resolver sus necesidades financieras están buscando formas de poder solucionarlas. Son varias las opciones para lograr financiamiento adicional; por ejemplo, entre las más usuales se destaca la circulación de letras de tesorería, redescuento de operaciones en el BCRA o la emisión de títulos de cancelación de deudas. Esta práctica ya fue usada en varias provincias cuando estaba en vigencia la ley de convertibilidad; en aquel entonces no se podía emitir moneda ya que un dólar equivalía a un peso y como las provincias necesitaban financiamiento decidieron en cada uno de sus territorios emitir títulos que se podían canjear como pago de impuestos, adquisición de algunos bienes o el pago de determinados servicios.
Las provincias que emitieron fueron: Buenos Aires, patacón; Córdoba, lecor; Entre Ríos, federal; Corrientes; cecacor; Tucumán, bocade; Mendoza, petron; Misiones, cemis; San Juan, huarpes; Salta; bonos de cancelación de deudas, Chaco, quebracho; Formosa, bocanfor; Catamarca; bono ley 4768; Tierra del Fuego, letras; Chubut, petrobono; Río Negro, petrobono y La Rioja, bocade. Según el Banco Mundial, el total de estas emisiones equivalían al 0, 926% del PBI, ya en el año 2002 estas cuasi monedas alcanzó el 50% de la circulación monetaria entre las provincias que no las rescataron.

Estamos en un momento extremo, en el que de nada valen las banderías ni las grietas. Los gobernantes deben tomar decisiones buenas, aunque no gusten, y olvidarse del usufructo de la crisis, porque en estas experiencias sacar rédito puede convertirse en una ilusión de patas cortas. La crisis sanitaria va a terminar poniendo en blanco sobre negro las vulnerabilidades de nuestra sociedad y los desfases brutales de nuestra economía y de la distribución del ingreso. Estamos mal por la pandemia y por 45 años de una economía deficitaria, poco competitiva e insolvente.
Esto es a cara o cruz, o nos salvamos todos, o nos perdemos para siempre.

miércoles, 8 de abril de 2020

DE LA TRAGEDIA A LA ESPERANZA




Felipe Hipólito Medina
Lic. en Ciencias Religiosas




Frente a un drama, el hombre se defiende usando la ironía, las bromas y las burlas, en un intento de mostrar una superioridad frente al peligro y a la situación crítica derivada del mismo. Dentro de los memes, que se cuentan por miles, había uno que mostraba un rostro de Cristo y decía, “¿en estas pascuas, suben ustedes o bajo yo?”. La muerte sigue siendo un misterio muy difícil de descifrar y más duro de aceptar. La Pascua representa para el mundo judeo cristiano un momento vital de liberación del hombre frente a la esclavitud y a la muerte.

Liberación para el pueblo elegido de la Antigua Alianza, que conmemora el paso por el mar Rojo, dejando atrás el sometimiento de varias generaciones en manos de los egipcios, conmemoración del nacimiento de la conciencia plena de pueblo frente a conceptos individualistas, conciencia de pueblo elegido por Dios para consolidar una nueva nación.

Liberación  para el pueblo cristiano, que conmemora y rememora la pasión, muerte y resurrección de Cristo,  donde se abre un camino de esperanza para el hombre nuevo, la muerte se concibe como un paso necesario para llegar a la plenitud de la vida en Dios.  

En el contexto de la Pandemia provocada por el COVID-19,  las distintas religiones comenzaron a jugar un papel importante en aquellos lugares donde sus pastores tienen una función más amplia que la guía espiritual y son verdaderos actores sociales dentro del Estado. La iglesia católica liderada por el papa Francisco, en Europa, sobre todo en Italia, tomó la posta de acompañar a las autoridades de gobierno y a los expertos en temas de salud pública y limitó sus eventos religiosos, tanto los eventos masivos como congresos, cursos de retiros y los ritos de culto, celebrados en templos cerrados y sin asistencia de fieles, llegando,  en casi todos los países afectados, incluido el nuestro, a suspender la asistencia de los fieles a los oficios litúrgicos de Semana Santa. Instó a todas las Conferencias Episcopales de los países afectados a acompañar a los enfermos, a los ancianos y a los más desposeídos. Esta actitud no es nueva en nuestro país, pues, hace casi 150 años, durante la peste amarilla, la iglesia también suspendió los cultos masivos en Semana Santa, pero sus pastores no abandonaron la atención de los enfermos, ni la ayuda económica a quienes trabajan por aliviar las secuelas de la llamada fiebre amarilla.

En toda situación grave, el hombre tiende a salvar a niños y mujeres, muchos hombres abandonaron a sus propios padres, o mujeres a sus maridos. Pero sin descanso los curas, frailes y religiosas brindaban consuelo a los moribundos. Alrededor de 80 clérigos fallecieron víctimas de la peste en Buenos Aires, sin contar otras personas consagradas y laicos. A partir de ese período y hasta comienzos del siglo XX la iglesia en Argentina floreció en servicios a huérfanos, viudas y ancianos, con albergues y colegios, en una proliferación de nuevas congregaciones religiosas, que llegan hasta nuestros días.

El papa Francisco e incluso muchos obispos en el mundo se ven acosados por los sectores conservadores, quienes los tildan de herejes por no permitir la asistencia de los fieles a los ritos de Pascua. “Esto nunca pasó”,  dicen algunos y llenan las redes de improperios contra los religiosos. Otros dicen que es desafiar a Dios y no tener fe en Él que todo lo puede. Algunas iglesias evangélicas, sobre todo en el norte Italia, manteniendo esta postura de fanatismo, fueron las principales fuentes de contagio del coronavirus.  Otras confesiones religiosas cristianas y de otros cultos optaron por obedecer los consejos de los expertos en salud.

La Pandemia encuentra a una iglesia católica debilitada por luchas internas y desprestigio social, sin embargo, el papa Francisco, imbuido de un humanismo sin igual, y de una fe sólida en el Evangelio de Cristo reaccionó con una rapidez inusitada para una organización religiosa de movimientos lentos y acompañó  a quienes luchan contra éste enemigo de modo eficaz. Una peste de ésta magnitud, totalmente inédita, saca lo mejor y lo peor de cada persona, de cada institución, sea pública o privada. Y el que entiende la fe verdadera, sabe que Dios no hace milagros donde no hace falta, y permite el mal porque, aún de allí, pueden surgir bienes mayores.

El discurso del Pontífice en este tiempo ha acentuado enfáticamente,  la misión de sus pastores y el compromiso con el servicio de los más pobres, de los ancianos y de los enfermos, los excluidos de esta sociedad que sólo valora al hombre por  el éxito,  por el poder, la eficiencia y el dinero.  La iglesia tiene como misión en ésta gran peste, no sólo de servir, como lo han hecho miles de sacerdotes y personas consagradas junto a equipos de laicos en Europa, hoy muchos de ellos contagiados o muertos. La Iglesia se convirtió en la  necesaria conciencia ética para recordarles que no se puede seleccionar quien vive o quien muere, por falta de recursos o la falta de una seria estructura de salud pública, típica de las miserables políticas públicas en ésta materia y de la tan mentada corrupción. Debe ser la conciencia ética para instar a sus feligreses y toda la sociedad a respetar las normas del estado en estas tristes circunstancias.

A Dios rogando y con el mazo dando, decían las abuelas en su refranero popular, para recordarnos que la fe no es tirarle toda la tarea a Dios y conformarnos sólo con rezar. Mucho menos pensar que seremos castigados en el más allá por no asistir a los rituales litúrgicos. Es la hora de la iglesia doméstica, la iglesia de la familia, la  iglesia en familia. La fe cristiana, la fe en general no es magia; la magia es ilusión, la fe es compromiso.

Muchos hablan del planeta, nuestra casa común,  que se recupera porque hemos frenado el consumismo por decreto, que muchas familias intentaron aprender a convivir y que no pocos  hemos aprendido que la casa propia no es un dormitorio solamente. Hubo y habrá problemas en muchos ámbitos en éste impase del mundo, pero es una oportunidad para entrar en nuestra interioridad, en la conciencia y el corazón. Es tiempo de sanación de la humanidad del humano.

Y la iglesia, como tantas instituciones, incluidos los poderes políticos y sociales, tienen la gran oportunidad de repensarse y redimirse en esta cuarentena. Pueden surgir los grandes hombres y mujeres de la historia de los comienzos del siglo XXI. La Pandemia es prueba, es don y tarea. “El que te creó a ti sin ti, no te salvará a ti sin ti”, decía Agustín de Hipona. Saldremos de este tiempo de tribulación juntos como pueblo, con rezos, sí; pero fundamentalmente, con responsabilidad social, prevención y creatividad, con humanidad. 

NOSOTROS Y LA PANDEMIA



Dr. Gustavo Barbarán
Abogado

Ocurrió, sí, el terremoto. Preparémonos para un tsunami de consecuencias inimaginables. Más allá de contagios y muertes, que tanto dolor ocasionarán, lo dramático será levantar una economía devastada no solo por una enfermedad sino por gobiernos y dirigencias que no estuvieron a la altura del mandato conferido, incapaces de construir un proyecto nacional aglutinador y de largo alcance. Los responsables circulan, también, como el coronavirus.
¿Estamos preparados para lo que vendrá? La filosofía de cafetín, tan argenta, usaba un recurso retórico con el que se explicaría nuestro eterno despiste: "Lo que pasa es que nunca padecimos una guerra como en Europa". Bueno, finalmente se instaló una guerra sin cañones ni misiles, una contienda que nos encuentra con la guardia baja, poniendo bajo el sol lo que todos sospechábamos: carecemos de infraestructuras para soportar los cimbronazos que se avecinan.
Churchill, en el momento justo, ofreció a su pueblo sólo sangre, sudor y lágrimas; era lo que se imponía en aquel conflicto inhumano. El presidente Fernández no puede ofrecernos la tríada de aquel primer ministro inglés, pero asumió con decisión el protagonismo que marcan estas horas aciagas. Sin embargo, no fue contundente para reclamar en estas instancias responsabilidad, solidaridad y patriotismo. Tales valores contienen componentes que contribuyen a caracterizarlos. Podríamos proponer otros de igual intensidad, pero bastan esos a los efectos de esta nota.
Veamos entonces, ¿se puede ser responsable sin asumir que la responsabilidad presupone una obligación moral indicativa de cómo afrontar una cuestión determinada? Asimismo, siendo que la solidaridad implica acompañarnos dentro de una comunidad de intereses, ¿se puede ser solidario en una sociedad que detesta las reglas y, más aún, cumplirlas? Por último, ¿juega para algo el patriotismo? ¿es válido invocarlo? Patriotismo significa sencillamente amar a la patria, y existe cuando tomamos conciencia del amor por todos, excelsa expresión de la caridad; no hay patriotismo sin desprendimiento personal o, desde otra perspectiva, sin objetivos generales trascendentes.
Alguien imaginaría que los argentinos con sueldos y jubilaciones privilegiados, jueces, funcionarios públicos y legisladores, ofrezcan un cuarto de sus emolumentos para destinarlos a desocupados y cuentapropistas, durante el tiempo que sea menester. ¿No sería eso un signo del nuevo tiempo al que aspiramos? Millones de compatriotas caerán en tropel en la indigencia.
Por eso tantas peguntas que carcomen, pero apuntan a constatar si espiritualmente estamos preparados para reclamarnos responsabilidad, solidaridad y patriotismo a nivel de virtudes.
Los discursos del 24 de marzo y la alianza entre pañuelos blancos y verdes son un signo claro de que la obcecación ideológica goza de buena salud y transcurre esta tregua de mala gana.
Cuando esto se aplaque y, mejor, concluya definitivamente, ¿superaremos las confrontaciones radicalizadas que nos arrinconaron en la visión agonal de la política, "nosotros" y "ellos", las dos veredas? ¿hay margen para la política arquitectónica? ¿cuánto más tardaremos en asumir que nuestro frágil entramado político institucional está por estallar?
Alberto Fernández tiene la mejor ocasión, quizás única, para construir su liderazgo planchando a los ultras de su promotora, cualquiera fuese el destino de las causas judiciales que la tienen a mal traer, por un lado; por otro, poniendo en caja al empresariado "nacional" que se la gasta (a él) tan mal como lo hicieron con Macri. Esto dicho, asumiendo que populistas y neoliberales son dos caras de la misma moneda. Obviamente, el mismo reclamo de liderazgo superador debe ser ejercido por nuestro gobernador Sáenz. Salta está corroída institucionalmente y la mitad de su población resignada a la pobreza. Las condiciones para un salto cualitativo están dadas, pese a las nubes de tormenta.
Dos breves comentarios finales sobre la salud pública y la educación, las cuales junto con la seguridad- son funciones elementales de todo gobierno.
Es obvio que el principal motivo de la contundente reacción gubernamental fue evitar lo de Italia, cuyo componente de indisciplina social y corruptelas es muy similar al nuestro. La urgencia de adecuar salas, camas, respiradores y vestimenta, se espeja con la bajeza mercantil de escamotear productos y cobrar a precio de oro alcohol en gel y barbijos. La contención del COVID-19 podría haber saltado por los aires por la mera imposibilidad de detectar a tiempo la enfermedad. No sólo faltan reactivos sino que contamos con ­un solo instituto en condiciones de practicar análisis! Ni qué hablar de fabricar aquí una vacunal contra las gripes y endemias del mundo. Descentralizar es un modo de federalizar.
En cuanto a lo educativo, está a la vista que por falta de infraestructura y de preparación niños y jóvenes de establecimientos públicos seguirán en notoria desventaja. Incluso no todos los colegios privados pueden atender las exigencias de las currículas para no perder el año. Transcurriendo el primer tercio del siglo XXI seguimos con modelos del siglo XIX. El daño que esto ocasiona a largo plazo es equiparable al daño sanitario sobreviniente.
La maldición del coronavirus debe tener por principal consecuencia… que haya consecuencias. Es lugar común aquello de que toda crisis encierra una oportunidad. Estamos en un punto de inflexión histórica; ojalá sepamos darnos cuenta y aprovecharlo.


viernes, 27 de marzo de 2020

Norte Grande: política, geografía, pobreza





Dr. Gustavo Barbarán


Con su reconocida solvencia, Armando Frezze describió (y para muchos, seguro, descubrió) las disposiciones constitucionales argentinas en materia de regionalización. Nos remitimos a su artículo titulado “Norte Grande, eje descentralizador y federal”, publicado en la edición del día 20 de febrero de este diario y se puede rastrear por internet.

Como se trata de un tema potente, esta nota pretende complementar lo expuesto sobre el marco jurídico, desde una perspectiva geoestratégica, es decir, considerando la incidencia de geografía y población en un diseño político.

Juan Álvarez, al inicio mismo de las imprescindibles 134 páginas de Las Guerras Civiles Argentinas, escritas en 1917, “El problema geográfico. Territorio y transportes”, analizó con lucidez dos factores que incidieron en nuestra organización nacional: la provincia, organización política “absolutamente voluntaria, convencional, constitutiva y ordinaria” y la región, cuya principal fuente es “la vida material con caracteres étnicos, territoriales y sociales de la misma nacionalidad”. Vale la pena releerlo para aplicar esas percepciones en tiempos de incertidumbres. 

Nueve provincias crearon la Región del Norte Grande Argentino NOA – NEA mediante el Tratado Parcial Interprovincial suscripto en nuestra ciudad el 9 de abril de 1999, “[…] para el desarrollo económico-social de las provincias que la componen”: Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán (NOA; La Rioja se incorporó recién en 2012); Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones (NEA). Con la óptica abogadil que suele impregnar la política nacional, la RNGA instituyó un Consejo Regional compuesto por una Asamblea de Gobernadores, una Junta Ejecutiva y un Comité Coordinador. En su página oficial -http://regionnortegrande. com.ar/- hay variedad de información pero sin cita de fuentes y poco actualizada.

El Tratado está vigente aunque las legislaturas de Catamarca, Formosa y Tucumán aún no lo aprobaron; no logramos constatar si ya lo hicieron. Tampoco hay mayores referencias sobre las reuniones de sus cuerpos orgánicos, temas tratados y decisiones adoptadas. Dato interesante: prácticamente desde su creación y salvo en Corrientes, en todas las provincias gobierna el FPV o alguna variante justicialista afín a la Casa Rosada. ¿Quién debiera dar una explicación al respecto? ¿Funciona la Comisión Ejecutiva Interministerial de Integración Regional, dónde, cuándo?

NOA y NEA suman 846.653 km2, más del 27% del total nacional; y los 8.106.896 habitantes son alrededor de un 20% del total país. Considerando que, en la mitad de esa superficie, Alemania tiene 80 millones de habitantes, resulta inquietante el vacío poblacional (densidad: 1,4 h/km2).

La RNGA posee 30 pasos internacionales que lo contactan con Brasil (12 por Misiones, 1 Corrientes), Bolivia (2 por Salta, 1 Jujuy), Chile (1 por Catamarca, 1 La Rioja, 2 Salta, 1 Jujuy) y Paraguay (1 por Salta, 4 Formosa, 1 Corrientes, 1 Misiones). Sus principales ríos -Bermejo, Pilcomayo, Paraná, Iguazú, Uruguay-, excepto el Salado, son de carácter internacional y todos integran la Cuenca del Plata.

Salvo la 40, las demás rutas nacionales -9, 11, 12, 14 y 34- responden al diseño de convergencia en el puerto de Buenos Aires. Las únicas transversales -51, 16 y 81- son intransitables en varios tramos y en buena parte del año; las redes provinciales son deficientes. Los desmantelados ferrocarriles –Belgrano, Mitre y Urquiza- responden al mismo anacrónico criterio. La región cuenta además con aeropuertos internacionales de distinta categoría, funcionalidad y movimiento, en Formosa, Paso de los Libres, Posadas, Resistencia, Salta, Termas de Río Hondo y Tucumán.

No obstante esas fortalezas, las provincias del Norte Grande, varias fundantes y constructoras de la Nación Argentina, son hoy un área pobre y marginal del “cuerno de oro” del Mercosur. En cambio, esa franja de 300 a 400 kilómetros de ancho (que arranca en Belo Horizonte, sigue por Río de Janeiro, pasa por San Pablo, Porto Alegre, Montevideo, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y concluye en Santiago de Chile) concentra la mayor población, la mejor industria, los servicios, cultura e infraestructura de América del Sur.

Si algo justifica trabajar en función de Norte Grande –coincidimos con Frezze- es para equilibrar el patológico sistema político-económico argentino, lo cual implica un impulso federal descentralizador al servicio de la integración nacional pero a la vez con visión vertebradora sudamericana, que contribuya al enlace bioceánico aprovechando su especial posición geográfica y recursos naturales.

A modo conclusivo, expresamos lo siguiente: 

1 - pese a la intensidad del proceso globalizador, la integración nacional sigue siendo un imperativo geopolítico; 
2 – una suma de pobrezas no hace una riqueza; 
3 – antes de establecer cómo operar la integración, corresponde definir en qué trabajar (lo cual implica planificación estratégica, definición de metas, objetivos y fijación de prioridades); 
4 – como están las cosas, la RNGA será papel pintado si no se presiona al gobierno nacional; 
5 – ante la inoperancia política, convendría pensar también en un movilizador Consejo Económico y Social regional; 
6 – lo expuesto no releva a cada provincia de su inexcusable deber de integrar y desarrollar cada jurisdicción; 
7 – la recuperación ferrovial, el aprovechamiento integral del Bermejo, industrialización de materias primas, prospección y explotación hidrocarburíferos y la minería son temas fundamentales para encarar en conjunto; con eso ya tendríamos bastante.

En suma, no se trata solo de hacer; las acciones sin reflexión estratégica siguen siendo huidas para adelante. Necesitamos, como proponía Arturo Frondizi, dirigentes políticos y sociales que piensen como hombres de acción pero a la vez actúen como hombres de pensamiento.
http://gebarbaran.blogspot.com.ar/

ALGUNAS CIFRAS*
NOA
- Superficie 556.864 km2, 18% del total continental.
- 4.434.368 de habitantes, 12% de la población argentina.
- Contribuye con el 6% al PBI Nacional.
- PBG per cápita promedio regional $ 8.653 (60% del promedio país, $ 13.688).
- 23,4% de los hogares tienen Necesidades Básicas Insatisfechas (el doble del país, 14,3%).
- Tasa analfabetismo 4,4% (doble del promedio país, 2,6%).
- Mortalidad infantil 18,5% (promedio país, 16,3%).
- Desempleo 8,6% y 30% de hogares que reciben subsidios.
- Pobreza 12,5% (promedio país 9%).
- Establecimientos industriales, 8% del total país.
- Participación en las exportaciones totales de Argentina, 7%.
NEA
- Superficie 556.864 km2, 18% del total continental.
- 3.700.000 de habitantes, 9% de la población del país.
- Contribuye con el 3,8 % al PBI Nacional.
- PBG per cápita promedio regional $ 5.645.
- 25,7 % de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas.
- Tasa de analfabetismo 6,7 %.
- Mortalidad infantil 24 %.
- Desempleo 3,2 % y más del 30% de hogares con subsidios.
- Pobreza 16,7%.
- Establecimientos industriales 7 % del total país.
- Porcentaje en las exportaciones totales del país,  1,1 %.

jueves, 19 de marzo de 2020

VIRUS, CRISIS Y DESTINO




Lic. Félix González Bonorino

Sociólogo



La epidemia nacional por el COVID-19 recién comienza, así que pretender sacar conclusiones de algún tipo parece algo prematuro. Algunos comenzaron ya a decir que el Gobierno lo enfrentaba mal, pero al poco tiempo se le reconoce al Presidente un alto nivel de capacidad de gestión. Y tal vez esta opinión también sea anticipada y luego las miradas cambien. Así como es dinámica la actividad del virus, también lo es la capacidad de atender el problema o de reaccionar a los cambios que nos va a ofrecer este microorganismo.

Porque lo que es seguro es que las cosas pueden llegar a cambiar y mucho.
Veamos un poco ahora que nos han inundado con información de todo tipo, buena y mala, verificada o circunstancial, cuando no maliciosa. Limpiemos un poco el escenario y tratemos de dejar lo importante.

Primero los datos.

Se trata de una cepa nueva de los virus Corona. Como el SARS y el MERS. No tiene tratamiento curativo. Afecta al sistema respiratorio. Su letalidad se encuentra entre el 2% y el 4%, es decir que entre el 2 y el 4% de los contagiados mueren. El grupo de mayor letalidad es en términos generales el de los mayores de 65 años, los inmunodeprimidos de cualquier edad además de otros grupos.

El primer caso en Argentina se presentó el 1 de marzo luego de un viaje a Italia y España entre el 19 y 29 de febrero y acaban de darle de alta el jueves 12 de marzo. A la fecha hay dos personas fallecidas, pero esto puede variar muy rápidamente.

Hasta el momento el Instituto Malbrán es el único centro en condiciones de efectuar los análisis para la detección del virus.

Se verifica que el contagio es muy rápido y sencillo, tos o estornudo alcanzan, por lo que lo que se busca es aislar a la población lo más posible y mejorar las prácticas de higiene, ya que el contacto con una superficie contaminada puede introducir el virus en nuestro cuerpo.

Si la evolución de la dispersión de la enfermedad fuera muy rápido el problema sería la incapacidad física, de infraestructura y equipamiento, para atender a todos los pacientes graves. Hoy, con menos de un centenar de enfermos verificados, las guardias comienzan a sentir la presión de las consultas, y esto recién empieza.

Entonces, primero acompañar a los familiares de los fallecidos y a trabajar para evitar la dispersión del virus.

Ahora lo que podemos pensar

Para mí lo primero y más importante es mostrar a quienes tenían dudas, que el rol del Estado es central y que por lo tanto se necesita fortalecer el sector público. Tanto en Salta, al norte, como ahora con esta pandemia nacional, si el Estado no hubiera estado al frente, el horizonte sería mucho más negro. Como dije al principio, todavía es un poco temprano para sacar estas conclusiones, pero el Ejército Argentino está perforando los pozos en Santa Victoria Este y el cúmulo de Decretos que va ordenando el control de fronteras, el comercio, las actividades sociales en todo el país, etc. son decisiones públicas de un Estado Presente. Digo esto luego de haber aguantado el discurso incesante de liberales anti estado durante los últimos 40 años, que ha perforado los cráneos de grupos sociales que dependen del Estado, como los grupos vulnerables y que sin embargo compran un discurso simplista.

El shock que se está gestando a la sombra de esta crisis es multifacético.

Cuando la crisis entre China y los EEUU avanzaba seriamente, cuando el manejo de la información con el 5G, variable estratégica del cambio de paradigma comunicacional, colocaba a Xi Jinping emparejado con los EEUU esta crisis se desencadena auto centrando las miradas. Tanto RPCh (República Popular China) como Europa y ahora le toca a los EEUU, han cerrado las fronteras. Es la primera vez desde 1945 que esto sucede. No tuvo esta envergadura ni siquiera durante la Guerra Fría entre los Bloques de la OTAN  el Bloque Soviético. El resto de los países están actuando igual.

¿Esta situación puede sostenerse cuánto tiempo?

En el medio de esta crisis sanitaria, el conflicto entre Rusia y Arabia Saudita (OPEP) produjo una nueva caída del precio del petróleo, alcanzando valores de 1991, cuando la Guerra del Golfo destruyó toda referencia. Esta reducción acompañó y cubre de neblina la disminución del consumo de energía por parte de RPCh por culpa del Coronavirus. Las cosas se imbrican como un puzle.

El mundo estaba frenando su economía desde el año pasado, cuando se manifestó este virus en Wuhan, pero con las cuarentenas y el cierre de actividades, la caída y los negativos vaticinios se acentuaron. Ni lentos ni perezosos, los chinos leyeron la otra mitad del ideograma “Crisis” que en su idioma significa a la vez peligro y oportunidad. Compraron, cuando los valores estaban por el suelo, 30% de la parte de las empresas radicadas en su país. (https://misionesplural.net/2020/03/10/china-aprovecho-el-panico-de-los-mercados-por-el-coronavirus-y-compro-acciones-de-empresas-a-precios-regalados/) los grandes empresarios europeos y estadounidenses se quedaron con la boca abierta.

Las bolsas caen, las monedas se desploman, la multipolaridad se reconfigura. Lo cierto es que volvemos al primer punto de estas reflexiones: quienes tomaron mejores decisiones para enfrentar esta crisis fueron los estados fuertes y organizados.

Pero existen otras situaciones, más culturales si se quiere, que vienen de la mano de esta crisis sanitaria. Una es la discusión de la solidaridad. Las redes fueron fuertes reflejos de lo que planteo. Valgan dos ejemplos. La cuarentena en cuestión. Italia tardó en implementar la cuarentena, pensaron que podía pasar como lo que es, una gripe fuerte y obraron como somos los latinos, con cierta displicencia y lamentablemente pagan el precio. España trató de recuperar la iniciativa, pero igualmente las Unidades De Terapia Intensiva son insuficientes, la población de mayor edad fallece, lamentablemente. Las historias son desgarradoras.

En el medio de estas escenas, los unos y los otros comenzaron a solidarizarse con el otro. El otro, ¿les suena? Y hoy emocionan los mensajes de colaboración entre desconocidos, de apoyo mutuo, soporte a los sanitaristas, hasta los policías se solidarizan y son acompañados. En el mundo del individualismo algo se quebró. Habrá que ver que engendra.

Así que de una lectura absolutamente sesgada de lo acontecido (lo reconozco) yo destilo tres ejes que pueden parirse de esta crisis. Tres ideas fuerza en ciernes, que tal vez alumbren.

La primera es la clara necesidad de contar con un Estado Nacional fuerte para enfrentar las crisis que se nos van a venir. La toma de conciencia de que las cosas no se construyen por generación espontánea sino por la voluntad de un pueblo conducido por sus dirigentes a los que elige.

La segunda es la toma de conciencia de la importancia de la solidaridad en la vida (¿supervivencia?) de los pueblos. Que los problemas de las sociedades no se resuelven por vía del individualismo egoísta. Que el mérito existe, claro que sí, y está asociado al aporte que se hace a la acción y al destino colectivo. No hay que tenerle miedo a las palabras, lo que no podemos hacer es dejarnos robar su significado.

En tercer lugar, tal vez podamos alumbrar la necesidad visceral de construir un destino común, un destino colectivo. Quizás podamos romper los atavismos que nos han frenado, partido, seccionado en partes, una y otra vez, nos han enfrentado, nos han quebrado y agrietado detrás de intereses que nunca fueron, ni nuestros, ni de nuestro pueblo.


Un Estado fuerte y un pueblo solidario solo necesitan un puerto de destino, que el camino se marcará solo.

Tal vez, como los Chinos, encontremos de una buena vez, en una crisis que nos amenaza con la muerte, la gran oportunidad que se nos esconde.
Ojalá que sí.

En plena Pandemia, ¡A reformar la Constitución se ha dicho!

Lic. Félix González Bonorino Sociólogo Nos llega la noticia de que el Gobierno Provincial ha pesentado su propuesta de modificac...