Dr. Ricardo Alonso
Geólogo
El miércoles 18 de abril de 2018 se
llevó a cabo un panel debate sobre "Ética y patrimonio" en la Sala de
Sesiones del Palacio Legislativo de Salta, organizado por el Consejo Federal
del Folklore de Argentina (Coffar) y por la Cámara de Diputados de la Provincia
de Salta. Abrieron el debate, con sendas exposiciones, José de Guardia de Ponté
(Coffar) y el diputado provincial Manuel Pailler, representante del
Departamento San Martín.
Los panelistas invitados abordaron
diversas temáticas sobre la valoración del patrimonio natural y cultural. Entre
ellos Claudio Omar Arnaudo (Patrimonio Museístico), Enrique Lima (Patrimonio
Arquitectónico), Carlos Trucco (Patrimonio Natural Biológico), Gustavo Flores
Montalbetti (Patrimonio Cultural en el Valle de Siancas), Magdalena Barreiro
(Patrimonio Arqueológico y Antropológico), Daniel Escotorín (Patrimonio
Histórico), Sergio Perotta (Valoración del Patrimonio) y Eduardo Medina
(Patrimonios del Interior de la Provincia).
Se realizaron además dos menciones de
homenaje, una a Rodolfo Aredes por los 62 años de su obra de ventrílocuo junto
al Muñeco Pepito y otra al Lic. Alfredo Tomasini (1939-2017) por su intenso
trabajo para desenterrar y poner en valor a la vieja ciudad de Esteco que fuera
destruida por un terremoto en 1692. El suscripto fue invitado a exponer sobre
el patrimonio paleontológico de Salta y se resumen aquí algunos de los
conceptos vertidos.
Desde el Precámbrico
En primer lugar debe tenerse presente
que las provincias de Salta y Jujuy forman parte de una sola unidad geográfica
y geológica en un mismo segmento de los Andes Centrales del Sur. Se encuentran
en ellas representadas rocas que van desde el lejano periodo Precámbrico,
pasando por otras del Paleozoico, Mesozoico, Terciario, hasta el relleno
moderno de los valles interandinos.
Dentro de esas rocas, formadas en
distintas épocas y bajo distintos climas, ora sobre viejos continentes u ora
bajo las aguas del océano, se encuentran conservados restos de las faunas y las
floras que vivieron en tiempos pretéritos.
Las rocas del Precámbrico, incluidas
generalizadamente como Formación Puncoviscana, albergan marcas de gusanos y
otros organismos de cuerpos blandos que se arrastraron por los barros del fondo
marino y dejaron sus huellas para la posteridad.
Esas rocas forman hoy el núcleo de
las principales sierras de la Cordillera Oriental, entre ellas la Sierra de
Mojotoro que se extiende al oriente de la ciudad capital de Salta.
Forman parte de las llamadas trazas
fósiles y entre ellas se encuentran el Nereites saltensis y las oldhamias
radiata y flabellata, considerados entre los fósiles más viejos del país, con
más de 500 millones de años de antigüedad.
Paleozoico bajo el mar
En las mismas sierras de la
Cordillera Oriental y cubriendo al viejo núcleo precámbrico se encuentran las
capas geológicas del Paleozoico inferior, pertenecientes a los periodos
Cámbrico y Ordovícico. Entre ellas destacan por su riqueza fosilífera las
pertenecientes al Ordovícico inferior y que afloran en todo su esplendor en el
cerro San Bernardo.
Allí las capas geológicas contienen
no sólo las marcas del oleaje de las playas de aquellos tiempos sino también
restos de trilobites (artrópodos), graptolites, bivalvos, gasterópodos,
cistoideos, braquiópodos articulados e inarticulados (língulas), microfósiles,
entre una extensa variedad de especies de invertebrados marinos.
También se encuentran las cruzianas,
que son las marcas que dejaban los trilobites al desplazarse en el barro del
fondo de aquellos océanos de aguas frías. Ello ocurrió en una de las tantas
veces en que Salta y el norte argentino estuvieron bajo el mar, en este caso
unos 475 millones de años atrás. En las lajas de esa época aparecen también
unas figuras que la gente llama "helechos fósiles" y que adornan como
revestimiento muchas de las paredes de Salta. Se trata de unas mineralizaciones
oscuras, de geometría fractal, que reciben el nombre técnico de dendritas de
manganeso y son parte de los llamados pseudo-fósiles a los que no debe
confundirse con fósiles verdaderos.
Estos y otros temas fueron ya
abordados en mi libro: "Rocas y Fósiles del Cerro San Bernardo: Una
historia de 500 millones de años" (Crisol Ed., 156 p., 2008, Salta).
Nuestro Cretácico
El norte argentino es también rico en
registros de dinosaurios en las capas del periodo Cretácico que afloran
ampliamente en toda la región. Precisamente, en estratos calcáreos de antiguas
playas, junto a marcas de oleaje y estromatolitos, se han conservado una gran
variedad de huellas de dinosaurios tanto herbívoros como carnívoros, así como
bípedos y cuadrúpedos.
También se han encontrado sus huesos
en el departamento de La Candelaria, especialmente los del Saltasaurus, un
titanosaurio que había desarrollado una armadura protectora sobre el lomo para
defenderse del ataque de los carnívoros y los de un pequeño
"velociraptor", el Noasaurus. Asociados aparecieron restos óseos de
numerosas aves que convivieron y se extinguieron con los dinosaurios: las
enanthiornites.
Un resumen sobre ese mundo asombroso
se encuentra desarrollado en dos de mis libros: "Dinosaurios Salteños y
Argentinos. Un Fascinante Capítulo en la Historia de la Tierra" (Crisol
Ed., 180 p., 2007, Salta) y "Dinosaurios: Los Reyes del Mesozoico"
(Mundo Editorial, 162 p. 2012, Salta).
La edad de hielo
También es remarcable la presencia en
Salta de restos de grandes mamíferos del Pleistoceno, que aparecen en el
material de relleno de los valles, entre ellos los mastodontes, megaterios y
gliptodontes de la megafauna cuaternaria que se extinguieron unos 10.000 años
atrás. Son los animales popularizados en la película "La Edad de
Hielo", cuyos últimos representantes convivieron con los primeros
paleoindios cazadores-recolectores que arribaron al continente.
A pesar de la riqueza paleontológica,
no existe un museo que atesore esos restos fósiles de las distintas épocas
geológicas que se conservan en las montañas, valles y llanuras del territorio
salteño. El profesor Amadeo R. Sirolli (1900-1981) lo intentó con el Museo de
Ciencias Naturales, en el Parque San Martín, que inició sus actividades en la
década de 1950. Allí se exponían muestras de rocas, fósiles, minerales,
petróleos, objetos arqueológicos, flora y fauna, que eran un verdadero
atractivo y disparador de vocaciones. Entre los imanes pedagógicos se encontraban
un gliptodonte, un colmillo de mastodonte, el niño cíclope y la anaconda de
Orán. Es importante destacar que un fósil suelto, sin ubicación y fuera de
contexto, tiene apenas un valor simbólico. Además que no todo fósil tiene valor
patrimonial.
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Florentino Ameghino primer director del Museo de Paleontología de Córdoba, fundado el 23 de Junio de 1883 |
En Salta los ríos acarrean millones
de rodados que están llenos de invertebrados fósiles, especialmente conchillas
marinas y trilobites, arrancados a las montañas por las fuerzas de la erosión y
que no tienen otro valor que no sea el estético o educativo.
Otros fósiles tienen una enorme
importancia por ser piezas únicas, raras y representativas de una formación
rocosa y de un tiempo dado. La actividad paleontológica está regulada por la
ley nacional 25.743/03 y la Autoridad de Aplicación en Salta es el Museo
Antropológico del Norte Juan Martín Leguizamón.
El tráfico de fósiles está
penado por la ley. Tal como señalaron los organizadores: “La acción de
preservar consiste en cuidar, amparar y defender con anticipación, con el
objetivo de evitar un eventual perjuicio o deterioro. Y si hablamos de
patrimonio estamos hablando no de un producto sino de un proceso que suministra
a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en
el presente y se transmiten para su beneficio a las generaciones futuras. Es
una esencia, una fuerza que determina nuestra identidad y nuestra forma de ser
y de sentir. Es algo que no se vende ni se compra”. Los panelistas invitados
coincidieron en que no se valora lo que no se conoce y debería existir una sinergia
de voluntades en la preservación o conservación patrimonial. La tarea de
maestros y profesores resulta esencial para hacer comprender y valorar el
inmenso patrimonio natural y cultural con que cuenta Salta.