Dr. Ricardo Alonso, 24/dic/2012 para El Tribuno
El norte argentino representa un escenario geográfico singular. Pocas regiones se caracterizan por tener enormes rechazos topográficos con montañas que se elevan a más de 6 km sobre el nivel del mar desde las que se descuelgan sucesivos escalones hasta alcanzar una llanura de escasa altitud.
Efectivamente esto es lo que ocurre entre las altas cumbres volcánicas andinas que rozan los 7.000 m como en el caso del volcán Llullaillaco, y que hacia el Este comienza a caer en profundos valles primero, y en sierras suaves después, hasta llegar a la llanura chaqueña. Ello en razón de formar parte del extremo austral de los Andes Centrales, una de las unidades orogénicas más interesantes del planeta. Los Andes Centrales son el resultado del encuentro entre la placa oceánica de Nazca y la placa continental sudamericana. Ese encuentro llevó a la subducción, o sea al hundimiento de la placa oceánica por debajo de la placa continental. Lo de verdad interesante es que la conformación del edificio andino de los Andes Centrales es el resultado del ángulo con que la placa se hunde y que es de 30° hacia el Este. Ese ángulo es el que define que la placa llegue hasta profundidades donde reinan temperaturas de 1.200°C, que se funda, que los magmas se eleven hasta la superficie y exploten en volcanes, y que la corteza se caliente, se debilite y sea más fácil de deformar. Ello produjo el “arrugamiento” de la corteza, creando lo que se llama un edificio orogénico, tal como si arrugáramos una tela entre dos manos.
Esto es muy distinto de otros edificios orogénicos, como el caso del Himalaya, que es el resultado de la colisión entre dos continentes: India y Asia. Si bien hoy están fusionados, en el pasado la India era un continente a la deriva que se trasladaba hacia el Norte a una velocidad muy alta (16 a 19 cm por año) hasta que colisionó con Asia. De ese tremendo choque surgieron los Himalayas, con el monte Everest, y con la extraordinaria meseta elevada del Tíbet. De allí entonces que mientras el Himalaya es un edificio orogénico colisional, los Andes Centrales son un edificio orogénico no colisional. Como dijimos el ángulo de hundimiento de la placa oceánica lo es todo. Si ese ángulo sería menor, la placa no se fundiría tal como pasa al norte y sur de los Andes Centrales, donde el ángulo de la placa es subhorizontal (5°) y desaparecen los volcanes con lo cual la corteza está fría y se rompe de otra manera. Si el ángulo fuera alto, casi vertical, entonces tendríamos volcanes pegados a la costa pacífica y muy otra sería la configuración andina.
Vistos desde el espacio los Andes Centrales tienen la forma de una banana o media luna, con la parte más ancha en Bolivia y las más estrechas en sus extremos de Perú y Argentina. Desde la costa pacífica hacia el Este se pueden reconocer las siguientes unidades: cordillera de la costa, depresión central, cordillera de Domeyko, depresión del salar de Atacama, cordillera volcánica, altiplano-puna, cordillera oriental, sierras subandinas y llanura chaqueña.
En el norte argentino se cuenta con las unidades que median entre la cordillera volcánica que nos separa de Chile y la llanura chaqueña que llega hasta el Paraguay. Otro punto de importancia es que el crecimiento de los Andes bloqueó el ingreso de los vientos húmedos orientales generados en esa gran esponja que es el Amazonas, el Mato Grosso y el Gran Pantanal con lo cual se genera una cara húmeda con precipitaciones de miles de milímetros anuales (selva tucumano-oranense), mientras al oeste se tiene cada vez menos precipitación (Valles Calchaquíes, Puna), hasta llegar al desierto de Atacama y al híper desierto de la costa pacífica, donde se precipitan minerales exóticos como los nitratos. Esta conjunción de ambientes híper húmedos al oriente e híper áridos a occidente que se sobreponen a las unidades orográficas va a ser los responsable del relieve y su evolución.
Para ser más claros, la región centro andina es el resultado de las fuerzas internas (endógenas) que generan el crecimiento y la construcción de las geoformas (montañas, volcanes), mientras que las fuerzas exógenas (clima) son las responsables de su destrucción.
Dado que el edificio andino es muy moderno en términos geológicos, las formas del relieve se conservan muy bien y por ello resultan tan atractivos para su estudio científico. Ahora bien ¿Cómo están constituidas las unidades orográficas del norte argentino? Si comenzamos nuestro viaje imaginario desde el oeste, tenemos en primer lugar la imponente cordillera volcánica, límite natural de las altas cumbres con Chile. Allí se encuentran algunos de los edificios volcánicos más altos y más importantes del planeta como el Ojos del Salado (6.891 m) y el Pissis (6.882 m), y en Salta el Llullaillaco (6.739 m) y el Socompa (6.051 m). Más de mil volcanes se encuentran en los Andes Centrales y una porción interesante en Salta y Jujuy. Los hay de todos los tipos (estratovolcanes, conos basálticos, domos, etc.) y en todos los estados (activos, inactivos, dormidos, apagados). Algunos de ellos colapsaron en el pasado dando lugar a gigantescos cráteres llamados calderas. Un ejemplo emblemático es la Caldera de Galán en la Puna de Catamarca, con 40 km de diámetro y coladas ignimbríticas que llegan hasta los Valles Calchaquíes, a 100 km del centro de emisión.
Luego está la Puna, abrazada por la Cordillera Volcánica y por la Cordillera Oriental, una región elevada a 4.000 m sobre el nivel del mar, quebrada internamente en bloques hundidos y elevados, y cruzada por volcanes sueltos o encadenados que se desprenden como ramales transversales de la cadena volcánica principal. Entre esos volcanes y sierras internas se forman grandes depresiones cerradas a donde confluyen las aguas que se concentran en los bajos donde evaporan para dar lugar a los salares. Precisamente las sales provienen del lavado de los edificios volcánicos y de las aguas termales que los rodean.
La cordillera oriental es una región morfotectónica formada por bloques de montañas que delimitan valles y quebradas. Alcanza su máxima expresión en las montañas que limitan con la Puna como en los nevados de Cachi y Palermo, cerro Acay, cerro Chañi y sierra de Aguilar. Entre los grandes valles y quebradas se tienen los de Humahuaca, Calchaquí, Toro, Escoipe, Lerma, Siancas, etcétera.
Las sierras subandinas son un conjunto de sierras y serranías que van perdiendo altura hasta desaparecer. Tienen mayor vegetación y están atravesadas por numerosos ríos. Contienen importantes reservorios de petróleo y gas en su interior.
Finalmente la llanura chaqueña es una extensa planicie formada por los materiales arrancados del edificio andino y que fueron depositados allí.
Pensando el futuro regional desde el disenso. Las ideas expresadas son exclusiva responsabilidad de los autores. De ninguna manera reflejan una opinión grupal, colectiva ni tampoco del administrador del Grupo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En plena Pandemia, ¡A reformar la Constitución se ha dicho!
Lic. Félix González Bonorino Sociólogo Nos llega la noticia de que el Gobierno Provincial ha pesentado su propuesta de modificac...
-
Dr. Ricardo Alonso, 28/mayo/2012 para El Tribuno Los volcanes emblemáticos de la alta cordillera volcánica salteña son el Llullaillaco (6....
-
Dr. Ricardo Alonso, 10/dic/2012 para El Tribuno Los problemas eran la distancia de 700 km entre las zonas ganaderas y las salitreras...
-
Dr. Ricardo Alonso, 30/jul/2012 para El Tribuno Una de las características del paisaje del norte argentino es la policromía de sus rocas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario