lunes, 11 de junio de 2012

¿Dónde está el ministro?


Dr. Julio Moreno, 8/jun/2012 para El Tribuno

Ante los bruscos e inesperados cambios en materia económica realizados durante estos últimos meses por el Gobierno nacional, observamos que existe entre la población un clima de incertidumbre, desconfianza y descontrol, dando la sensación que también se repite en el Ministerio de Economía.

Es cada vez mayor el intervencionismo discrecional del Gobierno, con el agravante de que no explica las causas por las que fueron anunciadas o implementadas determinadas medidas. Un claro ejemplo lo observamos recientemente en el mercado cambiario y en la propuesta de pesificar la economía, entre otras tantas.

Para no generar desconfianza debemos saber el porqué y el para qué de cada una de las medidas. Creo que sería mucho más motivador para aceptarlas y cumplirlas saber el objetivo. ¿O será que nuestros funcionarios tienen miedo de cometer un “sincericidio” (neologismo que puede significar sinceridad y suicidio) al decir la verdad y generar mayor temor al conocer la realidad? Esa es la sensación que genera esta forma de actuar. ¿O será que las malas noticias no se deben explicar?

Las medidas implementadas desde Economía son muchas, a saber:

A) La reducción de plazos para liquidar las exportaciones. Cuando se vende al exterior se disponía de plazos para liquidar o introducir las divisas (dólares) que se cobran a los clientes por estas operaciones. Ahora esos plazos se acortaron, no se sabe por qué. Esto acarrea serios problemas de competitividad, porque se les debe exigir a los compradores que paguen en menor tiempo y en algunos casos es muy difícil cambiar los hábitos o costumbres en estas operaciones, razón por la cual elegirán a otro proveedor.

B) Créditos en pesos para acceder a la compra de inmuebles en dólares. La AFIP tiene la obligación de determinar si quienes obtengan este préstamo podrán o no comprar dólares para pagarlo. A pesar de que el ministro Randazzo afirmó que esta norma tiene una formalidad y nada se alterará, la realidad es que actualmente existen dos precios para las propiedades, uno en dólares y otro en pesos, pero con la cotización del dólar “blue” o “negro”.
Ante esta realidad el Gobierno tuvo que salir a desmentir versiones periodísticas sobre una eventual ley de pesificación y de indexación de contratos.

C) Los viajes al exterior también han sido objeto de “controles” en la compra de dólares para tener disponibilidad de dinero fuera del país. Quizás el argumento oficial sea que se implementaron para evitar que las agencias de viajes quieran hacer diferencias entre la cotización del dólar oficial y el blue o negro, ya que la compra de los pasajes y los pagos con tarjetas se hacen a la cotización del billete oficial. No se descarta la posibilidad de que se quiera implementar un nuevo tipo de cotización, la del dólar turístico, que sería más caro que el comercial, para incentivar el turismo dentro del país.

D) La sustitución de las importaciones. Es conocida por todos la necesidad de obtener permisos previos para importar (DJAI) y que estos no son fáciles de conseguir. Estos son otorgados por la Secretaría de Comercio y por si esto fuera poco, a la actividad minera, por ejemplo, se le agregó un nuevo requisito exigido por la Secretaría de Minería, que es el de crear un departamento de sustitución de importaciones y declarar con 120 días de anticipación los insumos y equipamientos que necesitan importar.

Estas sustituciones de importaciones afectan a muchos sectores. Según el Observatorio Pyme de la Unión Industrial, al 57% de las pequeñas y medianas industrias le es difícil producir por falta de insumos o piezas que necesitan en sus procesos.

La mayoría de estas medidas implementadas son consecuencia de la escasez de divisas, cuyas causas son el crecimiento de la fuga de capitales (hacia el exterior y a las cajas de seguridad de los bancos o colchones); el aumento de las importaciones (especialmente de combustibles y gas); el déficit comercial; y la pérdida de las reservas del Banco Central (BCRA). Estas deducciones surgen después de analizar las distintas variables de nuestra economía, con el agravante de que ningún funcionario lo aclaró, lo explicó o, simplemente, lo dijo.
El dólar, la gran vedette
La opinión generalizada de varios analistas coincide en afirmar que el expresidente Néstor Kirchner había aprendido a controlar las corridas en el mercado cambiario o sobre los depósitos en el sistema financiero. Según relatan, ante cualquier movimiento producto de la incertidumbre económica -que podía potenciarse con el mal humor social- actuaba en consecuencia: abastecía el mercado con todos los dólares necesarios, lo que provocaba la calma en poco tiempo.

A pesar de ser un gobierno progresista, en estos nueve años de gestión nunca se tomaron medidas que pudiesen alterar significativamente las reglas de juego del sistema financiero o cambiario.
Como consecuencia de esta política, hoy el sistema financiero en nuestro país está sólido. Me atrevo a pensar que no se esperan cambios en el comportamiento de los ahorristas en pesos. Pero no es igual para los que poseen depósitos en dólares.
Un cambio de estrategia

Ahora, ante la presión del mercado cambiario, el Gobierno no piensa en abastecer la demanda de dólares, sino en restringirla, como consecuencia del deterioro en algunas variables económicas. La más importante son los elevados porcentajes de inflación que, acompañadas por una moderada devaluación, llevaron al dólar a valores que muchos agentes económicos entienden que es insostenible. La situación terminó agravándose por los controles y restricciones a la compra de esta moneda.

El Gobierno afirma que poco más del 10% de la población compra dólares. Pero esto no disminuye el problema, sino que lo potencia porque un sector minoritario de la población obtiene grandes utilidades, empeorando la distribución del ingreso. En esta etapa puedo afirmar que el que apostó al dólar ganó.

1 comentario:

  1. Vamos a ver si, en el corto plazo, el que compró a $6 ganó o perdió.
    En estas corridas lo que prima es la confusión. Pero, por supuesto, desensillar hasta que aclare suena muy arriesgado.
    Y al timbero de la moneda quien le quita la adrenalina de la apuesta.....

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