Lic. Félix González Bonorino
Sociólogo
¿Se acuerdan cuando al principio del gobierno de los K el país crecía
fuertemente? Bueno, ese es el origen de la inflación.
“¡¡Eeeeh!! Para la mano, no seas tan anti K”. Responde la platea, mitad
satisfecha y mitad incrédula de oírme afirmar lo afirmado.
Pero es verdad. Y si tienen un poco de paciencia podemos explicarlo y
aclarar que ese puede ser el origen sin ser la causa.
Corría 2003 cuando con poco más del 22% de los votos Néstor K se hace
con el poder presidencial. Se trepa al sillón de Rivadavia, blande el bastón de
cualquier manera y allí fue a chocarse con los fotógrafos y con la realidad.
Y logró torcer una historia de muchos decenios de estancamiento. No me
voy a enredar en los planteos políticos vinculados a los DDHH porque sería irse
por el tronco de lo que quiero explicar. Me voy a referir solo a las ramas
económicas de una política.
La economía funciona con plata. El dinero es el reflejo de la actividad
económica, su cuantificación, una cuchara de madera $20 para el wichi en el
chaco y $200 para la Sra de Recoleta. La misma cuchara puede valer diferente
porque la actividad económica de esa cuchara es distinta en la casa wichi,
donde revuelve el magro guiso, que en la casa de la Sra. donde adorna una
mesita con recuerdos de lugares exóticos, junto a un cenicero de mano de
gorila, por ejemplo.
Cuando la actividad económica comenzó a crecer, se hizo necesario
aumentar el número de billetes que representaban esa actividad. Esto no quiere
decir que toda la actividad económica está reflejada en un billete (acá uso el
término billete como comodín, en realidad me refiero al conjunto de circulante
más depósitos etc. M1 + M2), gracias a la magia de la circulación económica el
valor económico de lo producido en un país es inferior a la cantidad de
billetes, pero queda claro que si yo produzco y vendo 10 pancitos, mis clientes
van a necesitar más billetes para comprar digamos 1000 pancitos en el mismo
plazo. No se trata de un solo sector económico. En la Argentina creció, con sus altas y bajas, el
campo, la construcción, la metalmecánica, etc.
El sistema se desarrolla consumiendo esa cantidad de billetes todos los
días. Una parte estable de los billetes se vuelcan a la producción y otra se
atesora de diferentes maneras. Como modelo Néstor K propuso el del desarrollo
del mercado interno que impulsaba el consumo doméstico generando puestos de
trabajo. Creo que esa parte ya la entendimos. 100 cadenas nos repitieron lo
mismo.
El problema es como el de la leche en el fuego. Si alguna vez Ud. puso
leche a hervir recordará que apenas se daba vuelta para comerse un pancito con
manteca, la leche hervía, rebalsando de la cacerola y ensuciando la cocina
quemándose en la hornalla y anunciando los feroces retos de nuestra bien amada
madre, algo cansada ya de limpiar nuestras macanas.
Si la leche fuera la economía, a medida que toma temperatura, es decir
se acelera, hay una sola manera de impedir que hierva y se vuelque, y esto es
revolviendo, es decir agregándole consumo. El problema es complejo, porque el
fuego por debajo hace cada vez más amenazante la situación y porque el mercado
no solo es interno, sino también externo.
Cuando alguno de los dos mercados se frena, la cuchara que revuelve se
frena y la espuma de la leche comienza a volcarse, de una manera controlada en
un principio, pero poco a poco, si no logramos reactivar la economía, es decir
el revolver de la cuchara, la espuma terminará por rebalsar.
Si la economía se frena, esos billetes que hasta hace un rato
circulaban dinamizando la economía comienzan a ser arrastrados fuera del
circuito y terminan volcados en el sistema financiero. Es recién cuando la economía se frena que notamos la sobre abundancia
de billetes. Y ¿cómo vemos esa abundancia de billetes? Por su relación con
su par internacional, el dólar, por ejemplo, pero no solo. Uno de los lugares
preferidos de ahorro en el mundo son los inmuebles. Si comienza a abundar
efectivo, los valores de los inmuebles se disparan y así tenemos en Salta
departamentos que “compiten” en costo con barrios de París o Miami. Y por mucho
que me guste, no somos aquellos.
Acá hay una situación explosiva. El sobrante de billetes liberados por
un sistema económico que se frena, presiona sobre el precio del dólar. Estos billetes
que por años se volcaban a la economía “real” salen del circuito y comienzan,
insisto a buscar refugio en el dólar. Al mismo tiempo el estado requiere
también de fuertes sumas de dólares para hacer frente a sus compromisos
externos. Lo que Néstor K pudo hacer en el contexto de 2007, donde saco 9600
millones de dólares del Central para cancelar al FMI, consumiendo más de la
mitad de las reservas en un plumazo, hoy
no se puede hacer, porque la economía está frenada y una parte grande de la
población/empresas están compitiendo por el lindo billete verde.
Es cierto que trataron de relanzar el consumo interno para activar la
economía, pero le llegó en muy mal momento, porque la economía argentina debía
comenzar el ingreso a la nueva fase industrial de “promoción de las
exportaciones” (superando la sustitución de importaciones) en un momento en que
la economía mundial tiene una capacidad ociosa cercana al 20% en algunos rubros
y mantienen una economía con valores de dumping (competencia desleal) para no
detener sus fábricas.
La reacción del gobierno fue rara y no la entiendo aun. Para evitar la
presión sobre el dólar, el Gobierno mantuvo tasas de interés bancarias
superiores a la inflación, ganándole a la misma, con el objetivo de tentar a la
población a elegir ese refugio financiero en lugar del dólar que el Gobierno
necesitaba tanto. Pero haciendo esto sembró la base de la inflación creciente
que nos agobia. Hoy Macri repite la fórmula. Lleva las tasas a cerca de 39%,
nos avisa que pronto vamos a recibir 20 mil millones de dólares de varias
fuentes y levanta el cepo. Hoy es miércoles 16/12/2015, anuncian el fin del
cepo para mañana y estiman que no van a haber traslados a precios porque esta
corrección ya se efectuó anticipadamente, el “por si acaso”.
Es decir, si a un empresario le prestan al 40% anual, cuanto tiene que
calcular su rentabilidad. ¿Sobre qué actúa el empresario para recuperar
ganancia? Si, el precio. Y la economía real sigue frenada.
Una pregunta me queda en el
tintero. ¿Cómo va a hacer para aumentar la actividad económica general si reduce
en un 40 o 50% la capacidad de compra de los bolsillos de la población a través
de la devaluación? Se vienen serios golpes para la economía familiar. Los
precios subieron y seguirán subiendo. La deuda con créditos se pone cerca de la
usura legalizada (ojo, ya lo estaba con CFK). Se eliminarán los subsidios a los
servicios. Se derogan los precios cuidados dejándolos solo para 80 productos,
por ahora, en un maquillaje de preocupación por el que usaba el sistema, es
decir el humilde. El Banco Central va a recibir fondos “frescos” algún día para
pagar a las empresas multinacionales para repatriar sus dividendos, con lo que
la deuda en pesos actual se va a transformar en deuda internacional en dólares,
euros o yuanes. Las paritarias son un misterio.
Así y todo tenemos una enorme esperanza. El aparato industrial está
intacto y las inversiones que se han realizado durante estos años han sido
enormes, por más que el PRO diga lo contrario, o que consideremos que podría
haber sido mayor, lo que siempre es una consideración especulativa del tipo “si
Palacios la hubiera tocado por abajo…”, digo, la leche en la cacerola sigue
allí, y apenas podamos calentarla y producir, la economía real se chupará los
dólares que hoy se están fugando a la especulación. Sin embargo hay que
conservar trabajadores con alto nivel de consumo para mantener la cuchara
girando y evitar así que la leche hierva. Si no hacemos esto, la cuchara será
un recuerdo en el escaparate de una familia de Recoleta. Cerca de la mano de un
gorila.
Estimado Félix, releo tu artículo luego de diez meses y nuevamente tengo que felicitarte por lo acertado del análisis, y porque además fuiste premonitorio (lamentablemente). Nuestra actual realidad es peor que la de entonces por las razones que entonces te hacían desconfiar, y para colmo hoy tenemos por delante casi los mismos interrogantes. Mi esperanza es que ahora el gobierno tiene experiencia, y que si la utiliza bien, probablemente pueda hacer algunas cosas diferentes a como las hizo hasta ahora, y para ello todavía cuenta con bastante crédito político de buena parte de la población. Si no es capaz de hacerlo, "...la cuchara será un recuerdo en el escaparate de una familia de Recoleta. Cerca de la mano de un gorila."
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