El hallazgo casual de las ranas fósiles se dio en 1959 cuando geólogos de la CoNEA prospectaban uranio en la región.
Las ranitas fósiles salteñas se están entre las más antiguas del mundo, superadas por hallazgos en Israel en los '70.
El cañón rojo de la Quebrada de las Conchas, en el camino a Cafayate, muestra uno de los escenarios geológicos más impactantes del norte argentino. Se trata de un corte angosto y profundo, encajonado entre altas sierras, que sirve de unión a los Valles Calchaquíes al oeste con el Valle de Lerma al este. El río ha labrado su cauce en rocas de color rojo ladrillo a rojo sangre que pertenecen al periodo Cretácico superior (Campaniano) de la era mesozoica, cuando el mundo estaba habitado por dinosaurios que eran los reyes de todos los ecosistemas terrestres. Esas rocas rojas pertenecen al subgrupo Pirgua del Grupo Salta en la terminología estratigráfica del noroeste argentino. Entrando en la quebrada a la altura de Alemanía y luego de recorrer unos 20 km se alcanza el lugar conocido como “Puente Morales”. Allí, a orillas de la ruta nacional N§ 68, en medio de las clásicas rocas rojas con coladas basálticas de la Formación Las Curtiembres, aparecen unas capas de color amarillento y de aspecto hojaldrado que están dobladas en forma de una gran “U”. Dicha dobladura tectónica se conoce como sinclinal y por haberse encontrado allí esqueletos fosilizados de ranas, recibió el nombre del “Sinclinal de las Ranas”. El hallazgo casual de las ranas fósiles se dio en 1959 cuando geólogos de la Comisión Nacional de Energía Atómica prospectaban uranio en la región. Al romper las lajas radiactivas encontraron esqueletos carbonizados completos de anuros que fueron estudiados por distintos científicos y recibieron diferentes nombres habiendo primado el de Saltenia ibañezi (por la provincia de Salta y por uno de sus descubridores el geólogo Miguel A. Ibáñez). La Dra. Ana María Baez de la Universidad de Buenos Aires realizó un estudio moderno sobre la base de 300 ejemplares colectados en distintos estadios de crecimiento y concluyó que se trataba de anuros pípidos, los cuales todavía tienen representantes en las regiones tropicales. Las ranitas fósiles salteñas se encuentran entre las más antiguas del mundo, superadas únicamente por hallazgos en Israel en la década de 1970. Las ranas fueron acuáticas y carnívoras, alimentándose de pequeños insectos cuyos restos también se han encontrado en los mismos estratos. Al igual que abundantes restos de plantas fósiles de ambiente lacustre y palustre. Lo que hoy se sabe, es que hace unos 78 millones de años atrás, esa región del camino a Cafayate tenía un paisaje de volcanes, ríos y lagos semejante al que se ve hoy en el rift del este de África. Al parecer, en repetidas oportunidades los volcanes calentaron o bien envenenaron las aguas de los lagos en que vivían las ranas, produciendo una mortandad masiva. Las ranas muertas cayeron al fondo, donde fueron tapadas por limos y arcillas, y luego sus esqueletos se mantuvieron completos por la ausencia de carroñeros, se fosilizaron y fueron reemplazados por el fosfato colofana. Las fuerzas tectónicas que levantaron los Andes y la acción erosiva de los ríos modernos dejaron a la vista las capas del antiguo lago de agua dulce que hoy pueden prospectarse en busca de restos fósiles con fines científicos. Es lo que hizo una misión del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” que visitó la comarca en el 2007 al mando del famoso paleontólogo argentino de dinosaurios Dr. Fernando Novas y recolectó abundante material fósil. Los estudios realizados le permitieron ampliar sustancialmente la lista de fauna presente en esas capas. Además de las clásicas ranitas e inclusive renacuajos, descubrieron restos de peces, cocodrilos, tortugas, dinosaurios y lo más sorprendente la pata de una rara ave que vivió y se extinguió junto con los dinosaurios. El equipo de paleontólogos publicó dos trabajos dando a conocer esta información. Uno de los artículos, firmado por Fernando Novas, Federico Agnolín y Carlos Scanferlaa, fue publicado en 2010 en la revista Comptes Rendus Palevol de la Academia de Ciencias de Francia bajo el título “Una nueva ave enantiornithina del Cretácico tardío del Noroeste de Argentina” (en inglés). El otro trabajo fue publicado en 2011 por Fernando Novas y numerosos coautores en la revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales. La descripción detallada del material indica que los peces corresponden a teleósteos pequeños del tamaño de mojarritas. Las tortugas también son de pequeño tamaño y pertenecen al grupo de las pleurodiras de las cuales se encontraron los caparazones y algunos huesos craneanos. Los restos de cocodrilos fueron identificados como pertenecientes a mesoeucrocodrílidos. También se encontró una vértebra de la cola de un dinosaurio terópodo que probablemente pertenezca al grupo de los coelurosaurios. Pero lo que realmente sorprendió por lo imprevisto del hallazgo fue una pata completa de un ave del grupo de los saurios-aves o Avisauridae, más precisamente un representante de los exóticos enantiornites. Téngase presente que estas aves, que ya cuentan con registros en muchas partes del planeta, fueron descubiertas para la ciencia mundial en Salta, más precisamente en El Brete, departamento de la Candelaria, y descriptas en 1985 por el científico inglés C. Walker. Por el tamaño de la pata se deduce que el ave debió tener el tamaño de un loro con lo cual es por ahora el ave enantiornite más pequeña de América del Sur. Por la forma de los dedos se estima que podía agarrarse de ramas de árboles cercanos al lago. Los paleontólogos mencionados dieron el nombre de Intiornis inexpectatus al ave fósil lo que hace referencia a “Ave del sol” en quechua y al hallazgo casual e inesperado de esa pata suelta. Las capas del lago fósil pueden deparar aún otras sorpresas dentro de la cadena trófica o de alimentación en que se encuentran las ranas, donde estas comían y a su vez eran comidas por reptiles y aves cuyos restos pueden estar aún escondidos esperando ser descubiertos por los paleontólogos. Las ranas de Puente Morales y los demás materiales fósiles de peces, plantas, insectos, dinosaurios, tortugas, cocodrilos y aves que se encontraron asociados, son un tesoro de la naturaleza y uno de los atractivos científicos valiosos de Salta. El “Sinclinal de las Ranas” forma parte de la reserva de la Quebrada de Cafayate, con valor de patrimonio natural.
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